Decía mi madre que antes se coge al mentiroso que al cojo. Y no me cabe la menor duda de que tenía toda la razón. Ayer, en el periódico «El Mundo», en cuyas páginas la verdad pasa mucho más frío que un cubano en pleno Polo Norte, un tal Enrique Aguirrezábal se refería a la entrevista publicada en GARA con dos portavoces de ETA y no podía empezar mejor: «Nada menos que dieciocho páginas bajo el título Entrevista a ETA, con dos bemoles y para que quede claro, no vaya a ser que alguno crea que es una interviú a los payasos Pirritx y Porrotx». Como la entrevista sólo tenía siete páginas, concluyamos que el tal Enrique Aguirrezábal ni siquiera se la ha puesto delante de los ojos.

Y si no la ha visto, es evidente que menos aún la ha leído. Pero, claro, no tiene ningún empacho en juzgarla: «Sin entrar en detalles, se trata de todo menos una entrevista periodística al uso. La imperti- nencia y el sesgo de las preguntas y la extensión y farfolla de las respuestas son prueba indiscutible de que se trata de un texto propagandístico con el que dar bola a ETA». Lo que es una prueba indiscutible de que Aguirrezábal no se la ha leído es que sigue repitiendo lo de las dieciocho páginas que dijo, por error involuntario, un locutor de Radio Euskadi. Toca, pues, de oído y sigue con la sinfonía.

Como la verdad es algo del todo ajeno al libro de estilo que parece manejar el columnista, insiste en la tesis del despropósito: «No es de recibo que un medio de comunicación publique, con la colaboración de dos guionistas, el libreto de una obra de terror». ¿Como era aquella canción? ¡Ah, sí!: «Vamos a contar mentiras, tralará».

Y concluye en un tono directamente inquisitorial: «La entrevista de GARA a dos encapuchados hace gala de una premeditación y alevosía en favor de la banda que obligaría, si ésto fuera un Estado de Derecho comme il faut, a tomar medidas».

Las mismas, por ejemplo, que deberían aplicársele con todo el rigor que quieran a su amado director, Pedro J. Ramírez, por haber entrevistado a un portavoz de la misma organización. ¿No les parece a ustedes?