Antxon Mendizabal Economista
Un voto por la vida
Iniciativa Internacionalista es un voto agradecido que no olvidará nunca quién nos dio cobijo en una noche de invierno. Un voto que recoge en su primera figura, con Alfonso Sastre, la bandera de la dignidad humana
Reconozco que la presentación de Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos me ha sorprendido. El poder parece omnipotente. Elimina toda oposición posible. Controla todos los rincones. Pero se equivoca siempre. Una muestra de ello en el Estado: la configuración de Iniciativa Internacionalista como candidatura electoral para las elecciones europeas. Sus planteamientos no pueden ser más adecuados para las y los oprimidos de este Estado.
Ahonda en una contradicción fundamental que condiciona todo el proceso: la existente entre el carácter uninacional del Estado y la realidad multinacional de la sociedad del Estado español. La negación de la existencia de estas realidades multinacionales y de sus correspondientes derechos es propia, en general, de los estados-nación. Las nuevas naciones surgidas con el modelo de la construcción de las naciones-estado francesa y estadounidense se han caracterizado siempre por ese racismo estructural que niega al otro. Y el Estado español ha tenido una nota elevada en la aplicación de este modelo. Se conforma en la época moderna con la conquista y destrucción del Estado creado por los vascos con Nafarroa y del floreciente Estado Moro de Granada. Planifica y ejecuta dos grandes limpiezas étnicas con los judíos y moriscos de la Península Ibérica. Se convierte en artífice del mayor genocidio de la historia de la humanidad con la conquista y colonización de América; y niega posteriormente por el fuego y la sangre la realidad multinacional de las naciones que componen la nueva España. Pues bien, Iniciativa Internacionalista es la fuerza que hace emerger esa realidad multinacional, multilingüística y multicultural de las naciones del Estado. El «otro» realmente existente, al que en la época actual hay que añadir la nación gitana y los inmigrantes internos y externos al Estado.
Plantea un nuevo internacionalismo asentado en el reconocimiento y respeto de los diferentes pueblos y naciones que componen el Estado. Y ello cuando estábamos acostumbrados a ese internacionalismo de la izquierda nacionalista española y de la izquierda españolizada que nos mostraba siempre su actitud solidaria con los pueblos lejanos y su actitud opresora con los cercanos. Frente a ese internacionalismo que causaba recelo y odio entre los pueblos, Iniciativa Internacionalista es una muestra de solidaridad que desmontando el odio desarrolla la ternura, la cooperación, el agradecimiento y la fraternidad entre los pueblos.
Es un impulso a la resolución del conflicto vasco; impulsando una solución negociada, dialogada y pacífica del conflicto. Esta solidaridad procedente de los pueblos del Estado es tanto más sorpresiva cuando en nuestra misma casa los partidos que se denominaban abertzales y los que se denominaban de izquierda habían hecho por fin suyas, tras décadas de represión y de insistencia del aparato mediático del Estado, las posiciones del nacionalismo español y de la extrema derecha para la terapia de este conflicto. En Euskal Herria, a diferencia de otros lugares en conflicto, los movimientos pacifistas han sido en realidad movimientos pacificadores que pugnaban por el monopolio de la violencia de la Guardia Civil en un contexto marcado por el sometimiento del pueblo vasco, la negación del reconocimiento nacional y la total ausencia de derechos y garantías democráticas.
Es un impulso a la lucha por el socialismo. Es una denuncia en profundidad de una crisis que va más allá de la tan mentada financiarización, mostrándose como crisis social, energética, alimenticia, ecológica y de sobreproducción. Un cristal de múltiples espejos que refleja una crisis de civilización. Y que exige en consecuencia cimentar los pilares de un nuevo modelo económico, social y cultural que una solidariamente a las clases trabajadoras, sectores populares y naciones del Estado. Iniciativa Internacionalista nos permite vehiculizar nuestra contribución a la construcción de esta Europa socialista y antiimperialista que vislumbramos en un horizonte no muy lejano.
Es también una alianza que denuncia el fraude histórico que se engarza en la génesis y estructura de la llamada transición democrática. Esa transición sin ruptura contra los pueblos del Estado y el movimiento antifascista realmente existente en la época, en el que cambian las cosas para que no cambie nada, manteniendo el poder económico, cultural, ideológico y político, compartido entre las nuevas élites y la antigua estructura franquista. Esa transición que niega estructuralmente reivindicaciones democráticas centrales del proceso antifranquista, como el derecho de autodeterminación de los pueblos y los convierte en anticonstitucionales, negando otra vez el derecho a la vida a quienes luchan por ellos.
Por todo ello Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos no es sólo una alternativa electoral. Así como las fuerzas sociales y políticas que han realizado la huelga del 21 de mayo conforman el núcleo endógeno del avance social y político en el sur de Euskal Herria, Iniciativa Internacionalista es el germen de la gran plataforma que va a vehiculizar la segunda transición, construyendo en el Estado un escenario democrático. Por todo ello, nuestro voto a Iniciativa Internacionalista es un voto por la libertad de los pueblos, es un voto por una sociedad más socializada de gentes libres e iguales. Es un voto agradecido que no olvidará nunca quién nos dio cobijo en una noche de invierno. Un voto que recoge en su primera figura, con Alfonso Sastre, la bandera de la dignidad humana. Es un voto, en resumen, por la vida.