Jokin Zerain y Aitor Arrue, los dos últimos ciudadanos vascos arrestados por las Fuerza de Seguridad del Estado (en este caso la Ertzaintza) han sido incomunicados al único objeto de arrancar una firma a fin de folio que no obtendría la Policía si, como cualquier otro ciudadano, declarara ante abogado de confianza y ante el juez. Nadie puede dudar sobre lo que se oculta tras esa invisibilidad forzada de los detenidos.