Una reivindicación histórica de las mujeres de Euskal Herria como es el reconocimiento del derecho al aborto libre y gratuito reunió ayer a casi dos mil personas en Bilbo. Las calles más céntricas de la capital vizcaina fueron el escenario escogido por el movimiento feminista para subrayar que el derecho al aborto no es un delito y para exigir quede fuera del Código Penal.

Con el lema escogido para la convocatoria -«Nuestro cuerpo, nuestra decisión-Geure gorputza, geure erabakia»-, el movimiento feminista vasco dejó clara su posición ante la campaña reaccionaria desatada por la Iglesia y la derecha política contra la reforma legislativa que pretende impulsar el PSOE.

La manifestación partió con un poco de retraso debido a una tromba de agua que cayó justo a la hora que estaba previsto el inicio. Durante todo el recorrido, sin embargo, la lluvia respetó la convocatoria. Hacia las 18.15, la marcha emprendía su camino desde la plaza del teatro Arriaga hacia la Plaza Elíptica. Un camión engalanado con pancartas y con la música a todo volumen abría la marcha. El color morado que se identifica con el feminismo predominaba entre los presentes. La mayoría de los manifestantes eran mujeres, pero también muchos hombres se sumaron a las revindicaciones del movimiento feminista.

Una enorme tela morada con el símbolo feminista portada por mujeres de distintas edades se colocó tras el camión. Tras ellas, la pancarta con el lema «Gure gorputza, gure erabakia» y cientos de personas. La movilización fue creciendo durante el recorrido, gracias en gran medida a las consignas que se escuchaban desde el camión y al buen ambiente que transmitía la movilización.

Contra la Iglesia

Desde el inicio, se corearon consignas a favor del derecho al aborto libre y gratuito y la exigencia de despenalizarlo. «Gora borroka feminista» y «Nosotras parimos, nosotras decidimos» fueron lemas muy repetidos.

En este sentido, las críticas hacia la posición que mantiene la Iglesia católica sobre el aborto y las declaraciones realizadas por algunos de sus representantes en el Estado español se corearon numerosas veces. «Opus Dei kanpora», «Estamos hasta el culo de tanto obispo chulo», «Vaya confesores que abusan de menores», «Vamos a quemar la Conferencia Episcopal por machista y patriarcal» y «Fuera rosarios de nuestros ovarios», fueron algunos de los que se escucharon.

Uno de los cánticos que mayor atención suscitó por parte de los viandantes fue el que empezaba así: «Que desilusión, que desilusión que el padre de Rou- co no se puso un condón». También se corearon lemas en los que se hacia alusión a la sexualidad femenina como «Antes que rosarios, unas bolas chinas» y se denunció la agresión sexual padecida por una mujer ayer en el barrio bilbaino de Bolueta.

Las canciones de Alaska y La Polla Records, entre otros, que se escucharon durante la marcha también sirvieron para ambientarla.

«Nosotras decidimos»

La manifestación concluyó en la Plaza San Nicolás con la lectura del manifiesto suscrito por la treintena de organizaciones feministas que realizaron la convocatoria. Una bertsolari dio comienzo al acto denunciando la intromisión de la Iglesia y el PP en lo que las mujeres quieran hacer con sus cuerpos.

Se leyeron también unas coplas que hacían referencia al movimiento feminista de los años 80 para dar paso después a la actuación de una humorista. Disfrazada de «princesa recién levantada de la cama» debido a los gritos de los manifestantes, bromeó sobre las imposiciones padecidas durante siglos por las mujeres y terminó sumándose a las reclamaciones del movimiento feminista.

En el manifiesto reclamaron que el derecho al aborto sea «libre y gratuito», además de que pueda llevarse a la práctica en la sanidad pública. Según indicaron, es necesario que el aborto sea reconocido como derecho y que se ofrezcan todas las garantías jurídicas y sanitarias tanto a las mujeres que deciden interrumpir el embarazo como a los médicos que lo llevan a cabo.

Asimismo, reclamaron el acceso universal gratuito a los métodos anticonceptivos en condiciones sanitarias suficientes y a una educación sexual en todos los ámbitos «para que las mujeres decidan su maternidad libre y deseada y su sexualidad placentera y no sometida a imposiciones». Recordaron que estas revindicaciones han sido reclamadas durante muchos años por los movimientos feministas, pero que la Iglesia católica y las formaciones políticas de derechas siguen amparándose en una «falsa moral» para poner trabas y castigar el derecho al aborto.

Criticaron que todavía «hay supuestos» en los que la interrupción de un embarazo sigue estando dentro del Código Penal español y que por ese motivo muchas personas son llevadas ante jueces, tribunales y médicos, «que son quienes, en última instancia, tienen el poder de decidir sobre los cuerpos de las mujeres». Frente a ello, concluyeron reivindicando que «nosotras parimos, nosotras decidimos, fuera el aborto del Código Penal y que la Iglesia no se meta en nuestras vidas».

En nombre del colectivo feminista Iduna, denunciaron también la violación sufrida por una mujer en Bilbo apenas unas horas anets y anunciaron una manifestación de repulsa para mañana.

El acto terminó cantando la canción del movimiento feminista «Zutik emakumeak, hautsiz zure kateak, zutik, zutik, zutik» y un irrintzi.