LA JORNADA Ángel Guerra Cabrera 2009/6/11
En defensa de los pueblos amazónicos
¿No era el APRA el que se proclamaba adalid de Indoamérica? Al menos, el vocablo y su sustentación, no del todo cuestionables, fueron autoría de su célebre fundador. Pues hete aquí que el gobierno aprista de Lima ha arremetido manu militari contra los pueblos indios de la Amazonia y provocado una matanza atroz de nativos y policías. Los indígenas reclaman el derecho a la autodeterminación, a sus territorios ancestrales y a ser consultados sobre el uso de los recursos naturales que albergan, a defender el medio ambiente y al reconocimiento de su identidad (...).
Los 56 pueblos amazónicos peruanos poseen una depurada cultura forjada en milenios de relación con la selva tropical. De ella surgió su eficaz estrategia de supervivencia apoyada en la horticultura, la caza, la pesca y la recolección. Su sofisticado e insustituible conocimiento de la flora y la fauna constituye un referente obligado de cualquier proyecto de desarrollo en la Amazonia. No se oponen al progreso, pero sí a que en nombre de éste se les prive de sus derechos y se agreda a la naturaleza, puesto que lo conceptúan desde una perspectiva solidaria, antagónica a la occidental, avariciosa y racista de la oligarquía limeña. Como muchos otros pueblos indígenas rechazan la propiedad privada de la tierra y batallan por no ser sacrificados al dios mercado, más voraz aún por la monumental crisis capitalista.
Los pueblos awajum y wampis, predominantes en Bagua, donde el gobierno lanzó el ataque, son indomables y no pudieron ser reducidos por la Conquista ni por los gamonales caucheros de la república colonialista. (...)
Los pueblos amazónicos en su resistencia han creado complejas formas organizativas muy democráticas y desarrollado un liderazgo con sólidas convicciones, inspiradas en el conocimiento ancestral, pero también en una formación política contemporánea. Este esfuerzo marcó un hito hace tres décadas con la fundación de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), que ha demostrado capacidad de sostener prolongadas jornadas de lucha, espíritu de diálogo con el gobierno y prudencia, pero también gran determinación. (...)