La Copa Confederaciones arranca esta tarde con el choque que enfrentará Sudáfrica e Irak en Johannesburgo a las 16.00. A la noche, 20.45 por Telecinco, la selección española se enfrentará a Nueva Zelanda. La competición supone una auténtica prueba de fuego para Sudáfrica a tan sólo un año de la celebración del Mundial. La tardanza en la construcción de las sedes ha levantado las alarmas en la FIFA y la cita que comienza hoy será un examen para el país.

El torneo, disputado por los seis campeones de cada división de la FIFA, el organizador y el último ganador de la Copa del mundo sirve como ensayo general. Cuatro serán las sedes, la citada Johannesburgo, Rustenburgo, Mangaung y Pretoria. Sin embargo, los tres grandes estadios diseñados para el Mundial no albergarán ningún encuentro de la Copa de Confederaciones. Habrá que esperar para ver el Soccer City de Johannesburgo con capacidad para 95.000 espectadores o los estadios de Durban y Ciudad del Cabo.

En el plano deportivo, el torneo inicialmente estará dividido en dos grupos de cuatro equipos, siendo Brasil, España e Italia los claros favoritos. En el grupo A, los de Del Bosque se encontrarán con tres rivales asequibles como Sudáfrica, Irak y Nueva Zelanda. La ausencia de Iniesta por lesión les resta potencial, pero siguen mostrando un fútbol atractivo. Muestra de ello son los 32 partidos que llevan sin conocer la derrota.

Para Sudáfrica, la Copa Confederaciones representa también un desafío deportivo. Tras participar en los mundiales de 1998 y 2002, los bafana bafana han atravesado una dura travesía del desierto. Ocupa el puesto número 72 en el ranking de la FIFA y la mayoría de futbolistas de la selección militan en la liga local. Sus jugadores más destacados son Pienaar, del Everton -que suena para el Atlético-, Mokoena, del Blackburn, Moon, del PAO, o el meta Rowen Fernández, que juega en el Arminia Bielefeld alemán.

La nota más exótica la pone Nueva Zelanda. Los all whites, a diferencia de sus homólogos blacks del rugby, se han quedado solos tras el pase de Australia al grupo asiático. El veteranísimo Simon Elliott, Shane Smeltz -elegido mejor jugador oceánico del año- y el delantero del Celtic Chris Killen son las puntas de lanza de un modesto conjunto que aspira a regresar al Mundial 28 años después de su única participación en la histórica competición.

El primer grupo lo completa Irak, la gran sorpresa. La consecución de la Copa de Asia en mitad de una durísima situación para el país fue una de las pocas alegrías que la vida ha deparado a los iraquíes en los últimos años. Su figura más conocida es el entrenador Bora Milutinovic. El experto técnico serbio ha dirigido con éxito a combinados como México, EEUU, Costa Rica, Nigeria, China o Jamaica. Ahora se enfrenta a una difícil misión, ya que en su plantilla sólo figuran dos futbolistas que juegan en Europa, los centrocampistas Nashat Akram, del Twente, y Hawan Mulla, del Anorthosis.

Dos históricos, frente a frente

En el segundo grupo, el partido estrella será el que mida a Brasil e Italia el día 21. Los de Dunga, pese a su fútbol rácano, están consiguiendo resultados. Tienen pie y medio en el Mundial y buscan hacerse con su tercera Copa Confederaciones. Para ello, acude con estrellas de la talla de Kaká, Robinho, Alves, Luis Fabiano, Pato o Baptista. Junto a ellos, llama la atención la presencia de seis futbolistas que juegan en la liga brasileña.

En el combinado italiano, la nota más destacada es la vuelta de Marcello Lippi al banquillo. El técnico que les hizo ganar su cuarto Mundial ha tirado de la experiencia para formar su equipo. Buffon, Cannavaro, Grosso, Gattuso, Pirlo, Camoranesi, Toni, Gilardino y Iaquinta volverán a ser las referencias. Eso sí, habrá que seguir de cerca también las evoluciones de los jóvenes Montolivo, Rossi y, sobre todo, el nerazzurri Santon. Un defensa de sólo 18 años.

EEUU y Egipto buscarán dar la sorpresa frente a las dos grandes potencias. Los yankees disponen de 17 jugadores que actúan en Europa, además de su estrella Landon Donovan que defiende los colores del Galaxy. Los egipcios, por su parte, aspiran a retornar al Mundial tras 20 de ausencia, pero en la Copa Confederaciones van a echar de menos a su delantero Zaki. El goleador del Wigan es seria duda por lesión.

Serán los principales atractivos de una competición que se empezó a disputar en 1992 bajó la denominación Copa del Rey Fahd. Las tres primeras ediciones se disputaron en Arabia Saudí y la de 1999 en México, pero desde 2001 se celebra cada cuatro años y siempre en el país que albergará el siguiente Mundial. Sudáfrica se viste de gala para afrontar un nuevo reto.