Elecciones presidenciales en Irán
Teherán revive la revuelta de 1999 una vez conocidos los resultados
Mahmud Ahmadineyad fue reelegido presidente de Irán por una abrumadora mayoría, según los datos oficiales divulgados ayer, que fueron rechazados por su principal rival, Mir-Hossein Musavi, algunos de cuyos partidarios protagonizaban disturbios con la Policía en Teherán.
GARA | TEHERÁN
Teherán revivió en cierto modo las revueltas estudiantiles de julio de 1999, dada la intensidad de los enfrentamientos entre manifestantes opositores y fuerzas de seguridad, una vez conocida la derrota de Musavi y cuando el globo de ilusiones creado por los grandes medios internacionales se desinflaba de forma casi definitiva.
Desde Washington les llegaba a los manifestantes un último aliento. La Casa Blanca dijo ayer que está siguiendo de cerca los informes sobre irregularidades en las elecciones iraníes del viernes, que incluyen denuncias sobre un fraude generalizado en las urnas. «Seguimos observando la situación muy de cerca incluidos los informes sobre irregularidades», afirmó en un comunicado el portavoz de la residencia oficial Robert Gibbs.
Mensajes de Hizbulah y Hamas
El guía supremo y líder del régimen islámico, el ayatollah Ali Jamenei, quien había manifestado en forma indirecta su apoyo a Ahmadineyad, dijo que la reelección de este último por un nuevo mandato de cuatro años era «una verdadera fiesta» y calificó los comicios de «éxito masivo». Movimientos islamistas de todo el planeta, como Hizbulah y Hamas, felicitaron a Ahmadineyad y al pueblo iraní.
Musavi, un ex primer ministro presentado como reformista, denunció en cambio «claras y numerosas irregularidades» que ponen a Irán, según dijo, frente a un «panorama peligroso». Miles de partidarios de Musavi desfilaron por el centro de la capital y en varios barrios se enfrentaron a la Policía.
Las elecciones tuvieron una participación récord, sobre todo si las comparamos con las que tuvieron lugar la pasada semana en la Unión Europea para elegir el Parlamento de Estrasburgo: en Irán votó el 85% de los empadronados, siempre según la versión oficial. El Ministerio de Interior no señaló ninguna irregularidad.
Musavi denunció, sin embargo, irregularidades «claras y numerosas» y afirmó que era su «deber religioso y nacional revelar los secretos de ese proceso peligroso y explicar sus consecuencias destructivas para el destino del país». El ex primer ministro pidió a sus partidarios reaccionar con calma. «La gente es consciente de lo que pasa y no se someterá a quienes llegan al poder haciendo trampas», declaró el candidato derrotado.
La Policía había prohibido toda congregación de partidarios de un candidato tras el fin de los comicios, pero varios miles de leales a Musavi se reunieron en el centro de Teherán gritando consignas hostiles al Gobierno. «¡Abajo el dictador!», «¡Abajo el Gobierno golpista!», gritaban los encolerizados manifestantes en la plaza Vanak.
Auguran más represión
La reelección de Ahmadineyad conducirá a «un incremento de la represión de los opositores» y al «aumento de los esfuerzos para dotarse de la bomba atómica», denunció el sábado el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI, oposición prooccidental) en un comunicado. Dicho movimiento también acusó al poder de haber inflado las cifras de participación «en cuatro o cinco veces» y afirmó que «más de 85% de los iraníes boicotearon el espectáculo electoral de los mullahs (dignatarios religiosos islámicos)».
Ahmadineyad negó las acusaciones de fraude y aseguró que la victoria pertenece al pueblo de Irán, que ha optado por el continuismo al haberlo reelegido por amplia mayoría, por lo que se felicitó por «la impecable labor realizada».
Ahmadineyad, de 52 años, obtuvo el 62,63% de los 39.165.191 votos emitidos, frente al 33,75% para Musavi. El conservador Mohsen Rezai obtuvo un 1,73% de los votos y el reformista Mehdi Karubi un 0,85%. Este último también denunció esos resultados como «ilegítimos e inaceptables».
Las autoridades iraníes volvieron a perturbar ayer, por tercera vez en los últimos meses, el acceso a la conocida red social de internet Facebook. La página había sido adoptada como una de las plataformas de movilización de la campaña del aspirante Musavi, quien ha denunciado un amplio fraude en los comicios del viernes.
El ex primer ministro se atribuyó la victoria nada más cerrar los colegios electorales. Entre las muchas irregularidades que denunciaron sus colaboradores destacó «la adulteración» de la comunicación a través de mensajes cortos sms, que habían sido cruciales en los días previos para movilizar a los votantes. La campaña de Musavi indicó que ése era el sistema con el que los observadores tenían previsto también denunciar los casos de fraude durante la votación. Ayer, aunque las comunicaciones por teléfono móvil seguían siendo dificultosas, los sms volvieron a prodigarse para congregar a los seguidores de Musavi, que se manifestaron en diferentes puntos de Teherán al grito de «ése no es mi voto». Las autoridades iraníes cerraron por segunda vez el acceso a la red social de Facebook el día previo al inicio de la campaña electoral. Ese día, más de 5.000 personas habían ya concedido su apoyo a Musavi, que siguió recibiendo adhesiones durante los quince días previos a la votación.
La red volvió a ser accesible después de que, durante una rueda de prensa concedida a la prensa internacional, se le preguntara al presidente Ahmadineyad por el cierre.
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