El Baskonia empata la eliminatoria
El genio de Zurbano volvió para conceder todos los deseos
Los baskonistas volvieron a sus orígenes «duskistas», y apoyados en una gran defensa, consiguieron dejar al Barça en 67 puntos.
TAU BASKONIA 75
REGAL BARCELONA 67
Koldo AKORDARREMENTERIA | GASTEIZ
«La suerte se gana trabajando». Así de tajante fue Rakocevic tras el triunfo que trajo la igualada a la eliminatoria de la final. Una declaración de intenciones en toda regla, un intento para olvidar todo lo vivido hace 3 días en Zurbano, y empezar de cero.
Pero por si eso fuera poco, y por si la autocrítica de los jugadores no era suficiente, el fortín alavés se convirtió en una lámpara mágica que hizo realidad los deseos de los seguidores baskonistas. ¿Que se pide que el pabellón debe ser una olla a presión? Concedido. Los 32 grados del exterior se multiplicaron para que no se librara de sudar ni Kerejeta. ¿Que se pide un paso al frente de los jugadores llamados a ser clave -léase Prigioni y Mickael-? Concedido también. ¿Y que se pide, por favor, que el porcentaje de los barcelonistas en tiros de dos descienda del escandaloso 69% del jueves? Nada, tan fácil como pedir, para que el dato de los culés baje hasta un paupérrimo 38%. Todo salió a pedir de boca.
El inicio del encuentro fue un calco de la primera batalla de la eliminatoria. El Baskonia se plantó más serio en los primeros minutos, y el Barça fue a remolque. Únicamente la clase de Navarro conseguía que los gasteiztarras no se fugaran en el marcador. La intensa defensa de los de Ivanovic y las impresiciones ofensivas de los culés, con cuatro pérdidas de balón en los primeros minutos, llevó al marcador a un gran 23-14.
Sin embargo, no tardó en despertar el ex-rival favorito del Tau, y varios canastones de Basile, Andersen y Navarro acortaron difierencias a un ritmo frenético. Además, justo en el momento en que el Barça comenzó a carburar, Teletovic cayó al suelo, y con gestos de gran dolor, trasladó el silencio a las gradas. No hay problema. En días como el de ayer todos suman, y Víctor Baldo, que tuvo que salir casi sin esperarlo, cumplió a la perfección la baja de Mirza, y paró con recursos las embestidas de Andersen.
Tras el descanso -al que se llegó con un empate a 33- el Baskonia se puso las pilas, sobre todo de la mano de Mickael. El temperamental alero estadounidense, algo criticado tras su mal partido del jueves, se echó el equipo a las espaldas, e hizo un traje tras otro a un Illyasova que no sabía ni de donde le venían los golpes. La bestia negra, siempre agazapada, apareció, como siempre, cuando más se le hacía falta. Sólo faltaba Rakocevic. El serbio se sumó a la fiesta, y dos triples de su mano en el último cuarto pusieron la puntilla final en el marcador. Barcelona será juez; y un triunfo en la ciudad condal devolvería el factor cancha a Gasteiz.
Dusko Ivanovic compareció ante los medios orgulloso. Y no sólo por haber igualado la eliminatoria, sino más bien por haber recuperado las sensaciones de hace unos meses, en los que el equipo daba miedo a todos sus rivales. «El partido ha sido muy parecido al primero de la eliminatoria», resumió el montenegrino. «Hemos empezado bien, luego hemos tenido un bajón de ritmo y hemos perdido balones. Pero al final hemos tenido paciencia, y supimos elegir los momentos para hacer las cosas», continuó.
La lesión de Teletovic llegó a la rueda de prensa a modo de pregunta en la que se cuestionaba la posible ventaja del Barça en caso de ausencia del bosnio. También fue claro: «No sé cómo está, pero tampoco sé como está Pablo o Sergi. Da lo mismo. Yo tengo una gran confianza en mis jugadores, y luego yo decido si juegan 5 minutos o 40», aclaró. Y no le falta razón, ya que los buenos minutos de Baldo y de San Emeterio volvieron a ser decisivos. «Al final da igual quién juegue mejor a baloncesto; lo importante es sacar victorias y punto», concluyó.
Ya sólo queda concentrarse en el partido del martes. Y Rakocevic posee la receta para sacar de allí algo positivo, ya que «yo me veo capaz de sacar 1 ó 2 victorias. Lo que tenemos que hacer es atacar como hasta ahora, y no dejarles su juego».
K.A
Teletovic puso los pelos de punta en la grada, después de que tras un choque en defensa cayera al suelo, gritando de dolor. Se presagiaba lo peor, y a pesar de que el parte médico hablara de «esguince en el tobillo derecho», el bosnio se reincorporó al equipo.
El 1-1 no ha hecho más que avivar la emoción de la fase final de la ACB. Tras la primera estación en tierras gasteiztarras, ahora toca ir a Barcelona para volver a jugar otros dos partidos. El primero, el martes, a partir de las 20.15.