Testigos
Las cosas, claras y el chocolate, espeso. Tal vez es mejor así. Con la evidencia desnuda. El juez Fernando Grande Marlaska no quiere abogados a modo de testigos incómodos que puedan hacer preguntas o, simplemente, ver y oír cómo y qué declaran los detenidos por la Guardia Civil, aunque uno de ellos sea abogado en ejercicio. La charlotada iniciada el sábado sólo podía tener un final bufo. En el mejor de los casos, claro.
OLASO