Pues por mucho que le duela a Dusko Ivanovic, va a ser que el cansancio sí existe y el Baskonia se fundió ayer, junto con su margen de error, en el horno del Palau Blaugrana. Aunque siempre quede el recurso de achacarlo al deseo, lo cierto es que, este Baskonia se gripa cada vez que tiene que jugar por detrás en el marcador y hacerlo ante una de las plantillas más largas y equilibradas del continente, amparadas por su público la bula arbitral que siempre protege al local, le resultó imposible a un Tau que tenía que hacerlo además con varios de sus pilares bajo mínimos.

Así, mientras en el Barcelona Ilyasova, Sada o Grimau resurgieron en la serie para no permitir que su intensidad bajara un ápice y asfixiara a los gasteiztarras, Ivanovic no consiguió que nadie cubriera lo que les faltó a jugadores claves como Rakocevic y Splitter -Kerejeta desveló al término del partido que Prigioni y Mickeal jugaron también tocados- y el choque terminó pareciéndose en exceso a los del play off previo a la Euroliga, con una desventaja quizá excesiva.

Lejos de la calidad de los dos precedentes en Gasteiz, el error marcó el inicio de partido de ambos equipos. En el Barcelona sus porcentajes de tiro fueron lo que no funcionaron como acostumbran, mientras que las cinco pérdidas cometidas por los baskonistas fueron el mayor lastre de un Baskonia que tampoco encontraba ninguna fluidez en su ataque. Los triples de Teletovic y Vidal dieron ligeras ventajas a los vascos en un primer cuarto muy igualado que terminó 17-18, en el único parcial que ganaron los gasteiztarras.

El Barcelona, mucho más fresco y con más recursos, fue el que mejor le tomó el pulso en el segundo cuarto, aprovechando el paso atrás dado en defensa por los baskonistas y aprovechando la superioridad interior que les dio la presencia en cancha de Ilyasova, cuya movilidad causó estragos a los de Ivanovic. Entre los problemas físicos y de faltas de Splitter y la superioridad física de los culés, éstos consiguieron ventajas importantes, con el turco y el siempre eficaz Andersen como estiletes. En esta tesitura, los gasteiztarras se plantaron en el descanso con siete puntos de desventaja.

Pese a los dos triples de Prigioni, el Baskonia seguía sin ser capaz de jugar desde el interior, y aguantarle al Barcelona sólo desde fuera le resultó imposible. Además, el Barcelona aprovechó su mayor chispa para volver a ampliar su renta con rápidas transiciones que terminaron por romper el partido.

Enseguida amplió la renta el equipo catalán por encima de los diez puntos y el partido se terminó en el tercer cuarto, ya que la resistencia baskonista era prácticamente nula. Sergi Vidal y San Emeterio trataron de endurecer la defensa sin éxito y el Baskonia prefirió guardar las fuerzas para mañana.