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Tras las elecciones iraníes

El Consejo de Guardianes afirma estar dispuesto a recontar los votos

El Consejo de Guardianes, máxima autoridad legislativa de Irán, anunció que si encuentra irregularidades está dispuesto a recontar los votos de las elecciones presidenciales en aquellos lugares donde ha habido denuncias de fraude, aunque se negó a anularlas, tal y como exige el candidato opositor Hussein Musavi. Sus seguidores volvieron a manifestarse al norte de Teherán. A escasos metros, lo hicieron partidarios del presidente electo, Mahmoud Ahmadinejad.

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GARA | TEHERÁN

El portavoz del Consejo de Guardianes, Abas Ali Kadjodai, anunció a la agencia oficial IRNA que si «llega a la conclusión de que se cometieron infracciones como compra de votos o utilización de falsos carnés de identidad ordenará un recuento».

No detalló cuántas urnas serán de nuevo escrutadas ni por cuánto tiempo se prolongará el proceso. Dejó claro que no anularán los comicios, tal y como reclama el ex primer ministro y candidato opositor Hussein Musavi, a quien los resultados oficiales le dieron un 34%.

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, también se mostró favorable a un recuento parcial con presencia de un representante de cada candidato «para que nadie tenga dudas».

Pero ni Musavi ni el candidato Mehdi Karubi se mostraron satisfechos con este anuncio e insistieron en exigir la anulación.

La situación seguía siendo ayer muy tensa. En las calles de Teherán confluyeron a distintas horas partidarios del presidente electo Mahmoud Ahmadinejad y de Musavi, que había pedido a sus seguidores que se abstuvieran de participar en protestas.

La cadena de televisión estatal Press TV informó de que decenas de miles de seguidores de Ahmadinejad ocuparon la céntrica plaza de Vali Asr. Los medios internacionales no fueron autorizados a cubrir la marcha, que sólo se podía seguir por las imágenes difundidas por la televisión nacional, que la calificó de «concentración por la unidad». En ellas se podían ver miles de banderas iraníes y retratos del ayatolá Khamenei.

«Esta nación protegerá y defenderá su revolución como sea», declaró Gholam Ali Haddad Adel, un importante legislador que apoya a Ahmadinejad, mientras una multitud levantaba sus puños y lo ovacionaba.

Para Sadegh Zibakalam, analista político iraní, «el Gobierno no quiere dar la impresión de debilidad, por lo que ha organizado esta manifestación. Quiere demostrar su firmeza y capacidad de gestionar la crisis».

El Consejo de Coordinación de la Propaganda Islámica, organismo dependiente del líder supremo, se sumó a la marcha y animó a todos los estratos sociales a secundarla para exigir castigo a los responsables de la ola de violencia de los últimos días.

La radio estatal indicó que el lunes siete personas murieron en enfrentamientos con la Policía al término de una multitudinaria manifestación de los seguidores de Musavi.

Algunos testigos relataron que vieron a gente disparando desde el techo de un edificio usado por la milicia Basij después de que un grupo de manifestantes prendiera fuego al inmueble e intentara asaltarlo.

Desoyendo el llamamiento de Musavi, sus seguidores se manifestaron al norte de Teherán. El Ministerio de Interior había prohibido la movilización.

Casi en silencio, levantaban los brazos y hacían el signo de la victoria, mientras portaban folios en blanco con el nombre de su candidato y se pasaban mensajes unos a otros convocando para hoy una nueva concentración en el centro de Teherán.

En este convulso panorama se sucedían el cruce de declaraciones. En un comunicado enviado a la agencia AFP, el ayatolá disidente Hussein Ali Montazeri llamó a la juventud a seguir con sus protestas para «exigir sus derechos». Durante un tiempo, su nombre se barajó como posible sucesor del fundador de la República Islámica Jomeini. Pero, sus críticas al poder le valieron una larga temporada en arresto domiciliario.

Por su parte, el candidato Mohsen Rezaie apeló a la unidad y a la calma. «Mantener la unidad entre el pueblo y las autoridades es la cuestión más importante», remarcó. Consideró lamentable que «las fuerzas del orden público se enfrenten a la gente y que la gente se enfrente a las fuerzas del orden público».

Los medios centraron gran parte de sus coberturas en denunciar las restricciones impuestas por el Gobierno, que prohibió a los periodistas extranjeros cubrir las manifestaciones, al tiempo que les retiró las acreditaciones que les había dado para seguir las elecciones. Advirtió a los corresponsales que sólo podrán trabajar desde sus redacciones. Un responsable del Ministerio de Cultura declaró a Reuters que «ningún periodista tiene permiso para informar, filmar o tomar fotografías en la ciudad».

Y, en aguas revueltas, proliferan los mensajes de internet y el uso de Facebook y Twitter. Miembros del Departamento de Estado de EEUU señalaron que están vigilando estas redes sociales para recopilar la información que ofrecen los ciudadanos iraníes. «Hay muchos mensajes interesantes», indicaron.

Rusia evidencia la buena sintonía con Ahmadinejad

Tras posponer un día su viaje por la grave crisis política en su país, Mahmoud Ahmadinejad llegó ayer a Yekaterinburgo (en los Urales) para acudir a la cumbre de la Organización de la Cooperación de Shanghai (OCS), un grupo regional para temas de seguridad en el que participan Rusia, China, Uzbekistán, Kirguistán, Kazajistán y Tayikistán. Irán, que va en calidad de observador, ha expresado su interés por convertirse en miembro de pleno derecho. Se trata de su primer viaje al extranjero desde que se proclamara su victoria en las elecciones presidenciales.

Las autoridades rusas le brindaron un caluroso recibimiento en contraste con las críticas de los países occidentales. El viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, remarcó que los comicios del viernes «son un asunto interno del pueblo iraní» y le dio la bienvenida a tierra rusa. Le agradeció que su primera visita tras la reelección haya sido a Rusia, lo que «refleja las relaciones de buena vecindad y tradicionalmente amistosas» entre Moscú y Teherán. De hecho, los presidentes de ambos países mantuvieron un breve encuentro al margen de la cumbre, en el que expresaron su voluntad de mantener la cooperación bilateral.

Ahmadinejad, con aspecto relajado y sonriente, no se refirió en ningún momento a la situación en Irán. En sus declaraciones sólo aludió a Estados Unidos al afirmar que «la era de los imperios se acabó y no volverá a renacer. El orden capitalista internacional se está replegando». Con la crisis económica mundial como telón de fondo, preguntó si «se cree de verdad que -el capitalismo- va a solucionar todos los problemas con mecanismos y estructuras obsoletas». Tras elogiar los méritos de la OCS, creada en 1996 para contrarrestar la influencia de EEUU en Asia Central, resaltó su importante papel en la región. GARA

portugal

Portugal desaconsejó ayer viajar a Irán. La Secretaría de Estado de las Comunidades Portuguesas explicó que la alerta estará en vigor «mientras se sigan registrando las manifestaciones y enfrentamientos».

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