El 26 de mayo la Policía española detuvo en Compostela a Laura Bugalho. Esta activista transexual de 45 años, que también es miembro de la Mesa Nacional del Movemento por la Base, estuvo detenida 50 horas en un calabozo e incomunicada, hasta que fue puesta a disposición judicial. Recibió numerosas muestras de solidaridad, muchas de ellas desde Euskal Herria.

¿Qué motivó su detención?

Yo acompañé unas denuncias de una mafia de explotación de inmigrantes y estaba preavisada de que algo me podía pasar porque, supuestamente, en esas mafias están metidos también quienes tienen que vigilar nuestra seguridad. La Policía me acusó de falsificación documental continuada, porque hay personas trans que tienen problemas con su identidad social y que yo atiendo. En su pasaporte pone masculino o femenino, pero realmente se definen al contrario en su género, y lo que hacíamos era cambiar su nombre. También les ayudamos en cuestiones burocráticas para que tengan papeles cuanto antes.

¿Tiene base esta acusación?

Creo que no. Yo no soy quien para ver la veracidad de los documentos que me ponen delante si la propia Administración que compulsó los documentos no dice lo contrario.

¿Va a seguir su labor de ayuda?

Por supuesto. Ya llevo dieciocho años realizando tareas de apoyo y voy a seguir en ello.

Muchas de las personas a las que usted ayuda son trabajadoras sexuales. ¿Tienen mayores problemas por ello?

En muchos casos sí. Las personas trans, sobre todo, suelen ser explotadas. Como la presencia policial es muy fuerte, suelen estar en los pisos de alterne, y las dueñas de los pisos les someten a condiciones más duras.

¿Qué solución le ve?

En cuanto a la prostitución, lo que pedimos es regulación ya. Es decir, que haya una regulación pronto y que se resuelva su situación lo antes posible. Con la regulación se acabaría con la situación de las mujeres prostituidas, en cuanto que habría una normativa para aplicar y que estas mujeres podrían realizar todas las reclamaciones de sus derechos.