«Los restos de los generales Mola y Sanjurjo están bajo el edificio todavía llamado Conde de Rodezno. Mantenerlos allí supone privarles del rechazo social que se merecen, al tiempo que una prolongación en el tiempo de sus crímenes y del dolor de sus víctimas y de sus familiares. El propio Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno, tuvo un papel clave en la preparación del golpe de 1936, fue ministro de Justicia en el primer Gobierno de la dictadura y bajo su mandato fueron asesinadas cerca de 150.000 personas, en un ejercicio de exterminio político claramente planificado».

Así lo recordó ayer el cineasta Iñaki Alforja, que ofreció una rueda de prensa frente al Monumento a los Caídos junto a Carlos Martínez, de la Asociación Pueblo de las Viudas, de Sartaguda, y Ana Barrena, de Memoriaren Bideak. En nombre de las asociaciones que vienen trabajando en la recuperación de la memoria histórica, explicaron que han puesto en marcha una campaña para que el nombre de Plaza Conde de Rodezno sea sustituido por el de «La Fuga del Fuerte-Ezkabako ihesaldia».

«Sería conveniente -dijeron- reutilizar esta plaza y sala de exposiciones dedicados hasta ahora a enaltecer a golpistas y criminales de guerra y destinarla al homenaje público de quienes sufrieron esos horrores, dándoles un nombre que refleje a la vez su sufrimiento y que sea capaz también de simbolizar las esperanzas y el trabajo por un mundo más justo e igualitario».

El primer acto de esta campaña tendrá lugar este mismo sábado en la citada plaza, a partir de las 19.30, y consistirá en una concentración festiva con música, libros, exposición y merienda. Tras el paréntesis veraniego se retomará la campaña con otras actividades todavía por concretar, como puede ser una recogida de firmas o la presentación de una moción en el Ayuntamiento de Iruñea.

Críticas a Barcina

Las asociaciones que impulsan este cambio de denominación denunciaron a «quienes quieren borrar la memoria histórica», y, más en concreto, la actitud de la alcaldesa, Yolanda Barcina, empecinada en mantener el nombre franquista.

«Está pasando a la historia como perpretadora de la memoria del fascismo. Seguir empeñada en mantener un lugar de homenaje público a este personaje siniestro -añadieron- es algo que debería ser una mancha en cualquier trayectoria política. En cualquier lugar de Europa Occidental su actitud merecería la condena de los tribunales por apología del fascismo o por el negacionismo de sus crímenes».

Iñaki Alforja, por su parte, denunció que en las obras realizadas por el Gobierno de Nafarroa se han suprimido los elementos que configuran el Fuerte de Ezkaba como penal. «Esta construcción nació ya obsoleta, y el único uso real que ha tenido ha sido el de prisión, desde 1934 hasta 1945. Y son precisamente los muros de ese penal los que han demolido», informó.