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Ofensiva policial franco-española

Las FSE españolas, sin control en suelo francés

La actuación policial española en suelo francés ha pasado de secreto a voces en los 80 a realidad diaria en los 90 y a colaboración oficializada en esta década. Pero eso parece ya insuficiente para el Ministerio del Interior. Ahora se ha filtrado el enfado de la Gendarmería al saber que la Guardia Civil «marcó» sin aviso un coche de ETA, lo que derivó en el tiroteo que dejó herido a un agente.

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Ramón SOLA

La sombra de las FSE españolas es cada vez más alargada en territorio francés. Su presencia en operativos contra ETA quedó de manifiesto en Capbreton o, más recientemente, Montoriol, y ha sido asumida por ambas partes como una fórmula ciertamente inhabitual, pero reglada al menos a través de los llamados «equipos conjuntos». Sin embargo, el acelerón imprimido por la necesidad de éxitos policiales del Gobierno Zapatero amenaza con saltar todos los topes.

El diario digital madrileño ``El Confidencial'' ha informado de un serio incidente entre Gendarmería y Guardia Civil, que explica el silencio impuesto por París y Madrid sobre dos hechos recientes y concatenados: el tiroteo que hirió a un gendarme el pasado 8 de junio y la aparición de un zulo el día 12. El conocido periodista Jesús Cacho -director de ``El Confidencial'', ex de ``El País'' y ``El Mundo'' y autor de varios libros de investigación- firma la noticia, que presenta como «Escándalo de la Guardia Civil en Francia».

Según afirma, la Guardia Civil «balizó» sin previo aviso el vehículo de un militante de ETA, al que identifica como Asier Borrero. Se trataría del coche que sufrió un accidente en Saint-Enimie (Departamento de Lozère), tras el cual su conductor y otro activista que le acompañaba en caravana dispararon sobre los gendarmes que les perseguían, hiriendo a uno de ellos en una mano. «La Gendarmería gala descubre casi de inmediato que el Citröen abandonado por el etarra está balizado. La Guardia Civil intenta negociar con ellos, pero ya es tarde: no hay nada que hacer», añade ``El Confidencial''. Explica que posteriormente la Fiscalía acudió al lugar y «se encuentra con la tostada de que la baliza de marras ha sido colocada sin permiso judicial francés, una baliza de la que no tiene conocimiento la Renseignement Interieur (RI) gala, y ello porque la Guardia Civil, que habitualmente trabaja con este cuerpo, ha decidido esta vez darles esquinazo».

Cacho asegura que el enfado francés por este caso ha resultado «monumental» y que le llevó cuatro días después a «reventar» la existencia de un zulo en Pindères que estaba siendo vigilado por las FSE hace tiempo. La noticia refleja que el ministro Rubalcaba intentó presentarlo como un hallazgo casual efectuado por unos trabajadores de caminos, pero que el alcalde de la localidad, Michel Darrouman, le contradijo al revelar a ``Sud-Ouest'' que en realidad el depósito era vigilado por la Policía hace tiempo.

A partir de ahí, resultó significativo que las dos administraciones apenas dieron relieve propagandístico al descubrimiento del zulo, pese a haberse incautado en él de más de 200 kilos de distintas sustancias utilizadas para fabricar explosivos, doce armas cortas, un subfusil y un centenar de temporizadores, según los datos oficiales.

El episodio multiplica las dudas sobre el alcance real de las operaciones encubiertas de las FSE en suelo francés, de las que hasta ahora ya había algunos otros datos más o menos ambiguos.

Capbreton y Montoriol

Por ejemplo, tras la muerte de dos guardias civiles en Capbreton, sindicatos exigieron que no tuvieran traba alguna para actuar armados en ese territorio. Apenas dos meses después, en un encuentro celebrado en Lisboa, José Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy cerraron un acuerdo secreto. ``El Mundo'' avanzó que con él se eliminaba «el requisito de solicitud de permiso para portar armas cuando los agentes trabajen en el territorio del otro país».

Del mismo modo, tras la reciente emboscada policial que se cobró tres detenidos en la localidad de Montoriol, cerca de Perpinyá, policías franceses desvelaron que agentes españoles habían participado en los interrogatorios, al menos en las primeras horas, algo que no se contempla teóricamente en el diseño de los «equipos conjuntos». Tampoco se prevé que las FSE practiquen detenciones o realicen registros en territorio francés.

Pero, visto lo ocurrido en Lozère, queda claro que el Ministerio del Interior español no está dispuesto a pararse en formalismos.

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