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Xabier Silveira Bertsolaria

La coja

Una cosa es que nos metan fútbol, tenis y Formula 1 con embudo y otra que nos intenten convencer de que lo más de lo más es ser español, como la selección, Alonso, Nadal y Contador. Ellos y su maldito complejo de inferioridad; sólo les interesan los temas en los que pueden ganar

Roja y gualda enfermedad mental. Con el uno, natural de Intxaurrondo, el de las manoplas de charol, el portero por no ser pikoleto, con el número uno Iiikeeer Caasillaaas. Con el número quince a la espalda y orgullo patrio rebosando taurina, antidisturbios en su tiempo libre, banda derecha para el alférez Seergiooo Ramoos. Con el tres, llegado a la legión hispana de tierras separatistas de la élite europea, conocedor del fútbol más moderno que se practica en Israel, número tres para el mosso Piiqueeé. Con el cinco Jordi, perdón, Carlees Puuyool. Controlando el lado izquierdo, por si acaso, con el once a la espalda, espía ruso fichado por el CNI, evidentemente el nombre no es suyo sino falso, con el once, Caapdevilaa. Con el número catorce y el honor de ser el único poseedor del rango de gudari nagusi, formado en la tan fructífera y dichosa cantera de Arkaute, forjado en las categorías inferiores de... mejor no lo digo. Con el número catorce, Xaaabi Aloonsoo. Con el veinte, llegado de la secreta y conocido por no ser reconocido ni por su madre, Saanti Cazoorlaaa. Con el número veintidós, el hombre que con el nombre lo dice todo, llegado del BVE sub-21, con el numero veintidós, Mata. Con el ocho por dorsal, el impronunciable evidenciador de estúpidos, aprended a pronunciar garrulos, con el ocho Xaavii, con equis y no con ce hache. Número nueve para Fernando Fernandito el niño cabo Toorrees. Y con el siete a la espalda, el único capaz de hacer frente en estas lides al militar falangista Salva Ballesta, no podía ser otro, el servidor de la paria, el asturiano de oro, el ultra sur frustado, con el número siete, Viillaa.

Precedidos por dos años y pico sin perder, una Eurocopa ganada y hordas de rebuznantes periodistas deportivos jaleando sus éxitos, el asco que la armada española produce ha alcanzado tan altas cotas que las náuseas han pasado a ser algo mínimo comparadas con la mala ostia que acumula uno. Hasta el punto de acabar escribiéndolo.

Una cosa es que nos metan fútbol, tenis y Formula Uno con embudo y otra cosa es que nos intenten convencer de que lo más de lo más es ser español, como la selección, Fernando Alonso, Rafa Nadal y el mes que viene Contador. Ellos y su maldito complejo de inferioridad; sólo les interesan los temas en los que pueden ganar. Pero no siempre se gana, ja, y ahí es donde las náuseas cesan y el asco es recompensado con más asco, pero éste viene con sonrisa. Por decir que no quede que a nadie le hace mucha gracia que EEUU gane nada, pero bueno, la CIA se alía con Rubalcaba y los jugadores de soccer con la náusea vasca. Oye, no todo va a ser malo, a los republicanos irlandeses -y aquellos no eran muy de hacer deporte- ya les sirvió para algo. Y ya puestos, pues confiaremos en que el Tour lo gane Armstrong, el vaquero tejano.

Malditos deportistas multimillonarios, he acabado por hacer lo que nunca quise y siempre deseé, hablar de deporte. ¡Abajo el deporte, viva la gimnasia revolucionaria! http://www.myspace.com/estricalla.

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