Crónica | Fiesta de Barañain
Plante «verde» al son de txistus frente al txupinazo oficial
Los colectivos de Barañain mostraron su descontento ante el autoritarismo del alcalde de UPN, José Antonio Mendive, con una kalejira que arrastró a la gente fuera de la plaza del Ayuntamiento minutos antes de que se lanzara el txupinazo.
Aritz INTXUSTA
Decenas de jóvenes de Barañain se reunieron en la «plaza verde» media hora antes de que se lanzara el cohete oficial. Desde allá comenzó una alegre marcha encabezada por un grupo de tamboriles y txistularis. Los partipantes en la kalejira portaban decenas de globos de color verde, el símbolo de la protesta en favor de unas fiestas populares por parte de los colectivos.
Por segundo año consecutivo, una larga hilera de padres, niños y jóvenes irrumpió en la Plaza Consistorial, aunque la representación de mozos estuvo bastante mermada por la resaca. «Falta mucha gente, ayer se hizo bastante tarde», tuvo que reconocer Mikel Fuentes, uno de los organizadores. El miércoles, los colectivos habían lanzado su propio txupinazo, ya que consideran que «el Ayuntamiento y el alcalde nos ha robado un día de fiestas, pese a que ahora intenta vender que ha llegado a un acuerdo con todos nosotros». En esa celebración también se dejó volar un globo verde con la «vara de mando» del alcalde.
Al paso de la kalejira por el balcón municipal, los niños soltaron sus globos mientras los txistularis mantenían el paso llevándose tras de sí a muchos de los vecinos presentes en la plaza, que prefirieron sumarse a la iniciativa a esperar a que se abriera el balcón. Por allí salió el teniente de alcalde, Óscar Goñi, para lanzar el cohete oficial, acto que despachó con un ambiguo «Éstas son nuestras fiestas, disfrutar a tope. Viva Barañain, gora Barañain».
Sin embargo, la comitiva de la kalejira se encontraba parada en un bar a apenas unos cientos de metros y ni siquiera se enteró. Los de los pañuelos verdes preferían tomarse una cerveza. Si bien es cierto que algunos de los niños no pudieron aguantar la tentación de regresar a la plaza del Ayuntamiento a embadurnarse de harina.
«Éste es el principal acto de protesta este año, pero contunuaremos con nuestro programa paralelo y colgaremos todo lo que pase en nuestra web», explicó Fuentes. «Queremos denunciar también con este acto festivo el recorte de subvenciones que ha realizado el Ayuntamiento a los colectivos».
Vigilancia en las txosnas
El Ayuntamiento también ha puesto pegas este año a las txosnas, e incluso ha amenazado con cortar la luz. Ante esta situación, la comisión de fiestas (que engloba a 26 colectivos) decidió «acatar pero no aceptar» estas presiones y, tras cinco meses de trabajo y asambleas, está orgullosa de ofertar «el programa más popular y amplio que hasta la fecha las y los vecinos hemos podido disfrutar».
Por otra parte, ayer por la mañana, pasaron varios municipales por las barracas políticas y tomaron nota de lo que estaba escrito en las pancartas. Poco después le tocó el turno a la Guardia Civil que decidió confiscar muchas de ellas. Más tarde, supuestos policías vestidos de paisano volvieron a acudir al recinto para tomar fotos de los carteles que los agentes del instituto militar finalmente decidieron no llevarse.