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La derrota de los Kirchner pone en duda su capacidad para gobernar

El matrimonio formado por la presidenta argentina, Cristina Fernández, y su antecesor, Néstor Kirchner, sufrió una rotunda derrota en las elecciones legislativas del domingo, perdiendo la mayoría con la que contaba en el Parlamento. El propio Néstor Kirchner no pudo imponerse en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, al disidente peronista Francisco de Narváez, quien sale reforzado de la cita con las urnas.
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La derrota de la presidenta argentina, Cristina Fernández, y de su marido, el ex mandatario Néstor Kirchner, que perdieron la mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas, pone en cuestión su capacidad de gobernar mediante la negociación, algo a lo que no están acostumbrados.

Los Kirchner perdieron en la capital y en la provincia de Buenos Aires, además de en otras grandes provincias del país, como Santa Fe, Córdoba y Mendoza.

Al perder la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, el partido en el poder va a necesitar de alianzas para poder gobernar.

Pequeños partidos de centroizquierda e izquierda, como Nuevo Encuentro de Marin Sabatella o Proyecto Sur de Fernando Solanas, que han conseguido buenos resultados, podrían ser el apoyo que necesitan Cristina Fernández y Néstor Kirchner.

El hecho de que el antiguo jefe de Estado Néstor Kirchner (2003-2007), candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires, donde vota el 40% de los electores del conjunto del país, fuera vencido por Francisco de Narváez, un empresario muy rico pero sin experiencia ni carisma, muestra la amplitud del problema al que se tiene que enfrentar el matrimonio Kirchner-Fernández.

El ex primer ministro de Kirchner Alberto Fernández le invitó el domingo por la noche a «entender el mensaje de las urnas». «Esto no ha sido el veredicto de los medios ni el de los sondeos. Ha sido la gente la que ha hablado», destacó Alberto Fernández.

Haber perdido en la provincia de Buenos Aires, feudo del poder peronista, complica aún más la situación para Kirchner, que podría llegar a tener incluso un problema de legitimidad en el seno de su propia formación política.

«No es que De Narváez haya ganado, sino que se ha impuesto el voto anti-Kirchner», declaró a France Presse Doris Capurro, del instituto Ibarómetro. «Se trata de un voto nacido del conflicto con el mundo rural y surgido de la crispación política que le acompaña, un voto contra el estilo de los Kirchner y no contra las ideas del kirchnerismo».

La decisión del Gobierno de aumentar un 25% la tasa a la exportación de soja, principal riqueza del país, paralizó Argentina durante seis meses el año pasado.

La intransigencia mostrada por los Kirchner durante todo el tiempo que duró este conflicto dañó el prestigio de la presidenta Fernández, cuya tasa de popularidad pasó del 55% a menos del 30%.

«Si la presidenta Cristina [Fernández de] Kirchner quiere corregir el tiro, está en disposición de hacerlo», estima Capurro. «Pero para ello es preciso un Gobierno que priorice el diálogo», agregó.

Rosendo Fraga, del instituto Nueva Mayoría, destacó que los Kirchner «pueden optar por la fuerza en vez de por el diálogo».

Dimisión indeclinable al frente del Partido Justicialista

El ex presidente de Argentina y candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, Néstor Kirchner, anunció ayer su renuncia indeclinable a la Presidencia del Partido Justicialista (peronista), tras la derrota sufrida en las legislativas celebradas el domingo.

Kirchner pidió a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, que «asuma el desafío de llevar adelante la conducción partidaria», según informó la agencia argentina Telam. El ex presidente argentino reclamó a Scioli y al vicegobernador, Alberto Balestrini, que continúen en sus cargos en la provincia de Buenos Aires y declinen asumir los escaños para los que fueron elegidos en las elecciones del domingo.

Kirchner mantuvo un encuentro previo en la residencia presidencial de Olivos con Scioli y Balestrini.

Tras conocerse los resultados electorales, Kirchner señaló que «hemos perdido por muy poquito, hemos luchado con toda dignidad en la provincia de Buenos Aires y los resultados nacionales.

En la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral de la República Argentina, el opositor y disidente peronista Francisco de Narváez resultó vencedor con un 34,56% frente al 32,30% de Kirchner.

En la ciudad de Buenos Aires, con el 73,67% escrutado, la candidata conservadora Gabriela Michetti -de la coalición de De Narváez- logró el 31,08% de los votos, seguida del izquierdista Fernando Solanas, con el 24,22%. El frente gubernamental también perdió en Córdoba, tercera provincia por peso electoral, ante la Unión Radical. GARA

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