Lander García Miembro de Ahaztuak 1936-1977
Habéis perdido el juicio
Una abrumadora mayoría social, sindical y política de Euskal Herria está escandalizada con este juicio en el que los que se sientan en el banquillo en lugar de ser los represores son los represaliados, víctimas de la masacre del 76 y de la actuación policial del 2006Han pasado más de 33 años desde la masacre policial cometida en Zaramaga en 1976. Cinco asesinatos cometidos en Gasteiz, a plena luz del día. Cinco luces apagadas por una noche de impunidad durante tres décadas. Sin embargo, la exigencia de verdad y justicia ha seguido encendida en todos los corazones de la clase trabajadora de Euskal Herria gracias al compromiso de mucha gente y, especialmente, gracias a la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo. 33 años exigiendo justicia, toda una vida luchando contra esa transición a la monarquía que impone el silencio y el olvido jurídico-político para todas las vulneraciones de derechos humanos cometidas por los aparatos del Estado franquista, tres décadas denunciando la ley de punto final dictada en 1977 para proteger a los criminales... y por fin, en 2009, el 3 de Marzo ha llegado a los tribunales. Este 7 de julio no es sólo San Fermín.
El 7 de Julio de 2009 es y será siempre «3 de Marzo» porque tres personas se sentarán en el banquillo de los acusados en relación a esta fecha tan simbólica para la memoria colectiva de Gasteiz. Pero como hace ya mucho tiempo que vivimos en el mundo al revés, esas tres personas no son los tristemente célebres J-1, J-2 y J-3, cuyas voces de hojalata han quedado grabadas en sangre definiendo su intervención como «la paliza más grande de la historia». Ni serán el capitán Quintana Saracibar, ni los responsables de las otras compañías de refuerzo llegadas desde Miranda de Ebro y Valladolid, que aquel día dispararon, según ellos mismos, más de 2.000 tiros contra la población civil. Los acusados no son ellos, no, ni son los empresarios que pedían mano dura contra las huelgas de aquel trágico año, ni el obispo Peralta, ni el gobernador Rafael Landín, ni Martín Villa... no son ellos, no. Los tres acusados tampoco son las tres máximas autoridades políticas de las Fuerzas del Orden Público en 1976: Fraga Iribarne como responsable de Interior y Gobernación, Arias Navarro como presidente del Gobierno y Juan Carlos I como Jefe del Estado; pues no, tampoco son ellos... Los que se sientan en el banquillo de los acusados son dos miembros de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo y otra tercera persona por los hechos ocurridos en la manifestación que recordaba el 30 aniversario de la matanza.
El 3 de Marzo de 2006, los organizadores de la marcha, que como todos los años no era ajena a la actualidad sociopolítica de Euskal Herria, decidieron portar las fotos de los dos ciudadanos vascos que habían fallecido en las cárceles de Cuenca y Aranjuez en un intervalo de apenas cinco días. Una noticia que había conmocionado a buena parte de la sociedad vasca y que en esas horas marcaba la multitudinaria convocatoria de Gasteiz. Los miembros de la Asociación del 3 de Marzo portaban sus retratos y una ikurriña con crespón negro, en señal de solidaridad con los familiares de los fallecidos, y también se sumaban de esa manera a la lógica petición de esclarecimiento de las circunstancias de esas dos nuevas muertes en prisión. La Ertzaintza arremetió contra la marcha para arrancar la ikurriña y las dos fotografías, cargó contra los asistentes con material antidisturbios, aporreó y zarandeó a muchas víctimas de la masacre de 1976 que no daban crédito a lo que estaba ocurriendo. La actuación policial de 2006 provocó una situación caótica en las calles de Gasteiz en lo que miles de personas consideraron un insulto a la memoria de las víctimas. Además la actuación dejó decenas de heridos y tres detenciones. Entre ellas la del portavoz de las víctimas de la masacre del 76 y otro miembro de la asociación que, 30 años antes en el mismo lugar, ya recibió un tiro en la cara por otros uniformados.
La acusación de «enaltecimiento del terrorismo» por llevar las imágenes de los dos presos fallecidos se archivó en la Audiencia Nacional, que no vio ese delito en el caso referido. Esta circunstancia desacreditaría objetivamente la propia intervención de aquel día y todo lo que ha derivado. A pesar de lo cual la otra causa por «desórdenes públic,os, agresiones y lesiones», que deriva de un informe policial surrealista, ha continuado. El calvario para los acusados ha durado 3 años y medio. Andoni, Josu y Aitor han tenido que acudir a firmar regularmente a los Juzgados, con la incertidumbre de no saber cómo iba a acabar este proceso, condicionando sus vidas, sus planes, con el desgaste psicológico que implica la propia situación. Hasta que ha llegado el día y los tres imputados, se enfrentan a partir de este 7 de julio a peticiones fiscales de entre 18 y 30 meses de prisión.
Para contrarrestar todo este despropósito, una vez más la herramienta ha sido la solidaridad de miles de personas, de decenas de colectivos y agentes sociales de todo tipo y de todos los lugares. El pueblo ya ha emitido su sentencia y eso pesa más que cualquier mentira que se ponga al otro lado de la balanza. Una abrumadora mayoría social, sindical y política de Euskal Herria está escandalizada con este juicio en el que los que se sientan en el banquillo en lugar de ser los represores son los represaliados, víctimas de la masacre del 76 y de la desproporcionada actuación policial del 2006.
Por eso sólo puedo concluir diciendo a los responsables de esta injusticia que definitivamente, habéis perdido el juicio. Habéis perdido el juicio porque nosotros no hemos perdido la memoria.