El Columbia se exhibió en la tercera etapa del Tour con final en La Grande Motte, en la que repitió triunfo Mark Cavendish. Provocaron a falta de treinta kilómetros un abanico en el que entraron sus nueve corredores y que sorprendió a todos los favoritos menos a Lance Armstrong.

El aspecto más destacado de la jornada fue la actitud del Astana, que colocó en el abanico de 23 corredores sólo a Popoyvch y Zubeldia con el tejano. Al inicio no tiraron y dejaron el trabajo a Columbia y Skil, pero cuando el pelotón recortaba diferencias hasta los veinte segundos y el intento parecía que se desvanecía, Bruyneel mandó tirar al vasco y el ucraniano y la ventaja en la meta llegó a los 41.

Una renta que coloca a Armstrong tercero en la general por delante de Contador. Pero más importante es el detalle de su director de mandar tirar al equipo cuando el teórico líder estaba detrás. Parece que a Astana sólo se le puede escapar la carrera por los problemas internos y lo sucedido no hará más que incomodar al madrileño, que trasmitía que «no entro a valorar la táctica del equipo, que cada cual saque sus propias conclusiones. En todo caso, el Tour no se decidirá por lo que ha ocurrido. Las diferencias son insignificantes e incluso me pueden dejar más margen de maniobra».

Haimar Zubeldia, uno de los pocos hombres de confianza que ha podido llevar Contador al Tour, señalaba que para él el madrileño es el líder del equipo y que Bruyneel le ordenó tirar a falta de diez kilómetros y que hay que preguntarle a él quién es el líder del Astana.

Una imagen de división en Astana que contrasta con la del Columbia, que trabaja como un equipo y trasmite una sensaciones de muy buen ambiente interno que se refleja cuando Cavendish agradece uno por uno a sus compañeros el trabajo que culmina siempre con victorias.

Ayer logró la segunda consecutiva, la sexta en el Tour y la decimoquinta de este año. Volvió a demostrar con Hushovd que cuando lanza un sprint el resto sólo pueden seguir su estela. Remontarle es imposible.

Hasta el abanico lanzado por Columbia la etapa estuvo protagonizada por una fuga en la que Euskaltel consiguió meter a Rubén Pérez junto a Bouet (Agritubel), Dumoulin (Cofidis) y De Kort (Skil). Llegaron a contar con una máxima ventaja de 12.45 en el kilómetro 43 de etapa hasta que el trabajo de Columbia, Saxo Bank y el abanico anularon la fuga. Al vizcaino no le quedaron fuerzas para hacer un buen puesto pese a su velocidad.

Rubén esperaba calma atrás

En meta señalaba que «el equipo ha venido al Tour a ganar una etapa y este tipo de fugas es una opción para lograrla. Hemos arrancado de muy lejos, pero siempre tienes la esperanza de que puedas disputar el triunfo. En víspera de la crono por equipos pensábamos que pudiera haber cierto un margen para la sorpresa, que equipos como Columbia, Saxo Bank o Astana se lo tomasen con cierta calma, pero no ha sido así».

Estos tres equipos serán, junto al Garmin, los favoritos hoy en una crono colectiva que se disputa en Montpellier sobre 39 kilómetros llanos y que volverá a marcar diferencias entre los favoritos. Cancellara tiene una ventaja importante sobre Tony Martin y Armstrong, pero el liderato puede estar en juego.