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ANALISIS Relaciones EEUU-RUSIA

El difícil reto de Obama de superar decenios de desprecio a Rusia

La periodista, editora del semanario crítico e independiente «The Nation», señala que el presidente de EEUU se enfrenta a un dilema entre repetir los viejos errores de EEUU con respecto a Rusia o afrontar una recomposición de las relaciones bilaterales basada en la cooperación y el respeto mutuos.

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Katrina VAN DEN HEUVEL Editora de «The Nation»

En una entrevista con el principal periódico opositor, "Novaya Gazeta", publicada el lunes, Obama aseguró que ve a Rusia como un igual. Es sin duda un paso delante, pero a juzgar por las noticias del día previo ala cumbre en Moscú, no vamos a ver mucho de ese «reseteado».

Por un lado, un verdadero «reset» exigiría que las negociaciones incluyan el desestabilizador y provocativo proyecto de sistema de defensa antimiisiles en Polonia y la República Checa. Otro de los puntos centrales debería ser la ampliación de la OTAN hacia las fronteras rusas y la reconsideración de esta estructura militar, una herencia de la Guerra Fría.

Como ha recordado el ex presidente soviético Mijail Gorbachov en entrevistas en la televisión rusa, el intento de EEUU de levantar una base de misiles en Europa tendría el objetivo de crear una situación en la cual la OTAN podría ser la primera en lanzar un golpe/ataque nuclear.

También recalcó un dato que pasa desapercibido en los medios de comunicación estadounidenses: casi toda Europa está en contra de este proyecto, incluido el 65% de los checos. Gorbachov insistió en que lo crucial es que lo que al mundo no le hace falta es ni la expansión de la OTAN ni la creación del escudo antimisiles, sino una «seguridad europea conjunta» y «verdaderos pasos hacia un mundo sin armas nucleares».

La semana pasada, Michael McFaul, asistente especial del presidente y veterano director de la Casa Blanca para asuntos rusos y eurasiáticos, tranquilizó a «The Wall Street Journal« asegurando que «no vamos a dar ni intercambiar nada con los rusos que tenga que ver con la expansión de la OTAN o la defensa con misiles». Lo último que se necesita en este momento.

Cualquier tipo de «reseteo» requeriría una hábil estrategia que supere la inercia de las dos últimas décadas. Las oportunidades desaprovechadas son el resultado del planteamiento estadounidense de que «el que gana se queda con todo», siendo Rusia la que sale perdiendo.

Cualquier discurso de intenciones no será más que eso, a no ser que la Administración Obama presente un programa que venza la sensación de traición y desconfianza por parte de Rusia. Para ello es necesario que Obama se enfrente a miembros de su propio equipo de Exteriores, muchos de los cuales contribuyeron o respaldaron la era triunfalista de Clinton.

Las principales páginas editoriales estadounidenses no ayudan alertando severamente a Obama sobre «cualquier tipo de concesión al Kremlin».

Parece, en principio, que hay un consenso sobre la necesidad de reducir la amenaza de los arsenales nucleares. Ambas partes han presentado de modo preliminar un plan para eliminarlas para el año 2030.

Pero el objetivo de acabar con el armamento nuclear precisa de un clima de confianza previo. Y si yo fuera Rusia, no estaría tranquila. Me preocuparían que esas armas acabaran instalándose en Georgia, Polonia, Checoeslovaquia o los Estados Bálticos...-un perímetro trazado a mi alrededor-. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Y tú me pides que inmovilice mis bombas? ¿Y los misiles de defensa, los ejercicios de la OTAN...? Esto no promueve la confianza. Esperemos dejar atrás definitivamente la era de Bush-Cheney-Rumsfeld y su postura de «mantengan a esos tíos bajo llave y lejos».

Paradojas, también Rusia tiene un nuevo y joven presidente que bajo presión se presenta firme. La alabanza a Medvedev por parte de Obama mientras critica a Putin, por seguir en la época de la Guerra Fría, responde a la política interna en EEUU y puede, paradójicamente, debilitar en vez de fortalecer la influencia política de Medvedev dentro de Rusia. ¿Quién le está dando a Obama esta contrainformación y consejos contraproductivos?

El desafió para Obama es claro: ¿Tiene la convicción para afrontar el difícil reto de retomar una relación con Rusia basada en la cooperación y respeto mutuo?

En aras a un mundo más seguro, necesitamos que Obama haga los cambios de acuerdo con su creencia de que el mundo dejó atrás la Guerra Fría. Esto quiere decir que tendrá que hacer más que simplemente hablar sobre darle al botón de reset, tendrá que empujarlo.

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