Los Veintisiete son conscientes de que la falta de provisiones anticíclicas por parte de los bancos fue uno de los factores que contribuyó al agravamiento de la crisis financiera y decidieron tomar medidas para evitar que esto se repita en el futuro.

En su reunión mensual, los ministros de Finanzas de la UE acordaron ayer, de manera unánime, introducir un enfoque a más largo plazo, consistente en acumular provisiones a partir de los beneficios obtenidos en las épocas de bonanza para compensar posibles pérdidas futuras por créditos impagados. También abogaron por desarrollar modelos de «provisiones dinámicas», que obligan a elevar las reservas cuando el crédito crece deprisa y viceversa.

La Comisión Europea presentará un informe a los Veintisiete sobre esta cuestión a finales de setiembre, para su discusión en sendas reuniones del Ecofin en octubre, con vistas a aprobar una propuesta legislativa a lo largo del otoño. Los ministros también se mostraron favorables a la creación de «colchones» de fondos adicionales, además de para prevenir el riesgo de morosidad, para mitigar posibles variaciones del valor de sus activos.

Estas reservas tendrían que acumularse en las fases alcistas, para ser utilizadas en los periodos de contracción, pero en ningún caso deberían interpretarse como nuevos mínimos en las exigencias de capital, para permitir a las entidades recurrir a ellas en caso de necesidad.

En cambio, en cuanto a la limitación de la remuneración de los ejecutivos, lo máximo que hará la UE será establecer orientaciones de cumplimiento voluntario, pese a reconocer que incentivaron a las entidades a asumir riesgos excesivos. Bruselas también incluirá esta cuestión en su informe.