El luxemburgués muestra, en la entrevista a GARA, su enfado porque se haya criticado el trabajo que realizaron en Alpe d'Huez hace un año, cuando vestía el amarillo y Sastre atacó para ganar.

¿Qué tal balance realiza de la primera parte del Tour?

Bueno, en la crono de Mónaco podía haber perdido veinte segundos menos, pero lo mejor es que tengo buenas sensaciones y que estoy con confianza a la espera de que llegue la montaña.

¿Cómo le responde la rodilla que puso en duda su participación?

No está bien del todo, pero si sigue como hasta ahora no será una excusa. La forma en la que respondió en la etapa reina de la Vuelta a Suiza me ha dado mucha confianza, por ahora va bien y espero que no me moleste.

¿Afronta el Tour tras una temporada en la que ha logrado buenos resultados desde el inicio?

Estoy sorprendido. En California era la primera carrera, trabajé bien en invierno y pude ganar una etapa. Después, en París Niza, Contador y Luis León Sánchez estaban muy fuertes, pero Alberto tuvo un mal día y poder acabar segundo entre ellos fue un gran honor. En las clásicas tuve la mala suerte de caerme, aunque eso no me ha impedido seguir después con el calendario previsto y volví en Luxemburgo con una victoria en una etapa y en la general y corrí Suiza, donde pude ayudar al triunfo de Cancellara. Es un calendario similar al del año pasado, no hay que cambiar algo si funciona.

¿Saxo Bank, mejor equipo del pasado Tour, podrá estar al mismo nivel tras la baja de Sastre?

Sí, porque tenemos casi el mismo equipo. Le sustituye Chris Anker Sorensen, que es un joven que debuta en el Tour y sube muy bien. Tenemos a O'Grady, Cancellara, Arvesen, Niki Sorensen, Voigt. Andy y yo... Es un bloque fantástico, similar al del año pasado, cuando fuimos el equipo más completo. Estábamos muy motivados y teníamos tres líderes con Andy, Carlos y yo. Lo principal es que ganamos el Tour, que era lo importante. Es un placer correr en un equipo como el que teníamos, con Carlos como líder era más fácil para nosotros. Fue un gran líder y he aprendido mucho en este Tour tácticamente, de cómo se debe correr. Ha sido muy importante para mí, para aprender a asumir un rol de líder.

¿Qué piensa cuando se les cuestiona su actitud con Sastre en la subida de Alpe d'Huez?

Yo no he entendido por qué ha habido una discusión. Si alguien entiende algo de ciclismo ve claro que hicimos un trabajo de equipo. Teníamos dos líderes y podíamos estar tres de no ser por los diez minutos que perdió Andy en Hautacam. Y el mejor ha ganado. No pienso que he corrido mal, hice todo para el equipo, lo hicimos bien y por eso ganamos la carrera. No sé quién ha dicho que animábamos a los demás a atacar en la subida. Me gustaría saberlo, pero es mentira. No tenía ese día piernas para hacer más de lo que hice, subir al ritmo de los demás. No estaba para hacer más y nunca dijimos eso.

La marcha de Sastre elimina cualquier posible problema, porque entre usted y Andy no los habrá...

Siempre hemos estado unidos. Hacemos juntos el mismo calendario y entre nosotros nunca hay problemas, pero tampoco los había el año pasado con Carlos. Eso es lo que ha provocado que el equipo rindiera tan bien.

¿Será el Saxo Bank capaz de plantar cara al Astana?

Astana es un equipo muy fuerte con muchos grandes líderes, pero vamos a intentar batirles. Estamos ante una competición y siempre hay que intentar ganar.

¿Y que objetivo se marca este equipo en el Tour?

El objetivo es el de ganar el Tour un día. No quiero decir que lo voy a ganar este año, pero ese tiene que ser el objetivo. Tampoco quiero asegurar que voy a acabar en el podio este año, pero lo intentaremos.

¿El recorrido de este Tour le favorece porque tiene menos kilómetros de contrarreloj individual?

Este Tour sí me conviene porque la contrarreloj es mi punto débil. Vamos a intentarlo, sobre todo en la penúltima etapa en el Mont Ventoux. Hay que llegar allí con mucha fuerza porque es donde se puede hacer la diferencia. Me ha ayudado que tenemos un muy buen equipo para la crono por equipos con grandes rodadores y tampoco era mala para mí la crono de Mónaco, que era dura, con ocho kilómetros de subida y después descenso. Después de la París Niza nos quedamos un día en Mónaco para reconocerla. Era necesario estar bien desde el comienzo y podía haberla hecho algo mejor, pero estoy contento de cómo llego a la montaña, mi terreno preferido.

¿Es especial compartir el liderato de su equipo con su hermano?

Es impresionante. No creo que en la historia haya habido alguna vez dos hermanos líderes en el mismo equipo que aspiren a la general de un Tour. Es una cosa formidable y no hay que pensar sólo en el resultado. Esto es maravilloso. La familia es lo más importante en el mundo, mucho más que ciclismo y hay que saborear este momento. Para mí es una situación similar a la del año pasado en la que éramos dos líderes en el equipo, pero ahora dos hermanos.

¿Le sorprende la progresión de Andy en los últimos años?

No es una sorpresa porque tiene un gran talento y veremos muchas cosas buenas suyas. Tengo más esperanza en él que en mí.

¿Alguno de los dos es más líder que el otro?

Ahora estamos los dos y en el futuro se verá. Si llega un día en el que Andy está mejor yo me pondré a su disposición para ayudarlo. Estaría encantado de ser un gregario suyo y él haría lo mismo conmigo. El año pasado vimos cómo me ayudó y si él me lo pide yo le ayudaré éste.

Y encima caen simpáticos...

Creo que será porque respetamos a otros corredores y a otras gentes como los aficionados, los periodistas... Si respetas a la gente, lo normal es que te aprecien. Es una cuestión de educación. Es lo que nos han inculcado en mi casa en mi familia. Nos han inculcado que tenemos que tener siempre los pies en el suelo y no perder nunca la cabeza.