Lejos de sus habituales novelas y poesías, Jesús Ferrero se ha adentrado en el mundo del ensayo con «Las experiencias del deseo», con el que ha obtenido el Premio Anagrama del Ensayo 2009. En este libro, Ferrero camina por los sentimientos de las personas y se adentra en temas como el narcisismo y el egoísmo o, por el contrario, el masoquismo o el odio hacia los demás. Según explicó el propio autor, se trata de «la atracción y la repulsa del deseo».

El zamorano se basa en postulados como «¿qué existe en el momento de nacer que nadie pueda poner en duda?». A su juicio, el primer sentimiento que invade a una persona cuando nace es «el apego y la repulsión a uno mismo». «La vida es tan sencilla como el respirar, el ejercicio de tomar y expulsar el aire; en ello se traduce ese apego y repulsión», matizó.

Cualidades humanas

Ferrero añadió que en las diferentes épocas, el ser humano «ha intentado borrar tanto de todo lo que nos parecía difícil de digerir, que al final nos hemos quedado con una mirada tosca de la naturaleza». Así, consideró que «hasta hace muy poco no habíamos descubierto la complejidad de nuestra propia humanidad».

A su entender, «ocultar todos los elementos negativos que nos constituyen nos ha traído una enorme ceguera» y, «cuando nos encontramos ante una desgracia, quedamos deslumbrados». Por contra, también habla de situaciones de guerra, que en los últimos años se están convirtiendo en situaciones «habituales» para todos. Ante ello, puso como ejemplo la reciente guerra de Irak, para la que «se creó un odio imaginario».

El escritor concluyó afirmando que las apreciaciones morales son «enormemente negativas». «Es un código que está anclado en cada época y está cambiando continuamente. Este código hace referencia a las costumbres de cada momento, por lo que es un sistema de valoración poco fiable».