8 de julio, 12.00 del mediodía. Era la primera edición de Jai Day, y Kukuxumusu eligió la tomatin de Bunyol para homenajear y reconocer el concepto universal de la fiesta, que en Sanfermines tiene uno de sus mejores exponentes, pero no el único.

Para recrearla, eso sí, tuvieron que marcharse hasta una explanada del barrio de Errotxapea, a unos 20 minutos andando desde el bullicio de Alde Zaharra. Allí se dieron cita un centenar de personas, entre las que se encontraba el alcalde de Bunyol, Fernando Giraldós.

A las doce del mediodía, Giraldós cogía el megáfono para explicar a los allí presentes el funcionamiento de la «tomatina». Todo con el fin de intentar reproducir lo mejor posible, aunque a pequeña escala, la celebración que cada año se lleva a cabo en su pueblo. Giraldós marcó los dos pasos claves para dar verosimilitud al lanzamiento del tomate: «Quitarle el rabo y aplastarlo».

Poco antes de comenzar la celebración, se ofreció un lunch a los allí presentes y se facilitó a los participantes un kit de juego que incluía todos estos elementos; un chubasquero, unas gafas protectoras, una careta y un pañuelo de San Fermín. Cuando los valientes participantes se prepararon y Giraldós dió el pistoletazo de salida, comenzó la lluvia de tomates.

Mister Testis, el famoso toro azul de Kukuxumusu, recibía el primer tomatazo. En cuestión de quince minutos, los 300 kilos de tomates fueron dejando marca tanto en el cuerpo de la gente como en el cemento y fachada del lugar.

Terminado el acto, el «director creativo» de Kukuxumusu, Mikel Urmeneta, mostraba su satisfacción por este acto simbólico con el que la empresa pretendía «conocer y dar a conocer otras formas igualmente populares y participativas de pasarlo bien en diferentes puntos del mundo». Señaló que lo que se pretende, en última instancia, es unir formas imaginativas y diferentes de divertirse.

El alcalde de Bunyol, por su parte, mostraba su agradecimiento a Kukuxumusu por esta iniciativa fraternal.

Kukuxumusu ya trabaja en en la próxima edición de Jai Day. En 2010 se volverá a invitar a una fiesta universalmente conocida, ¿quizás la Feria de la Cervera de Munich? En cuanto a la de 2009, tendrá su obligada prolongación en el mes de agosto en Bunyol, cuando una delegación de Kukuxumusu acuda al lugar para conocer la tomatina en directo.

Tras la celebración tomaban el relevo los basureros, y es que los 300 kilos de tomates arrojados y desperdigados por todo un aparcamiento dejan su huella. Y entre los participantes también, así que se facilitaron unas duchas para todo aquel que anduvo corto de reflejos y acabó pintado de rojo.