Maite SOROA
¡Menuda zurra a Pedro J.!
La megalomanía es siempre una muy mala consejera y, además, termina pasando factura. Y de las realmente caras. Algo así debe estar sucediéndole a Pedro J. Ramírez con «El Mundo» como pedestal.
Ayer, en el «Periodista Digital», Enrique de Diego, uno de los veteranos asociados a la prensa de la derecha española, lo ponía como chupa de dómine. No se lo pierdan: «Pedrojota Ramírez, con el diario ultrasensacionalista «El Mundo», urdió una mentira grosera sobre el 11- M. La cuestión es tan delicada, hay tanta muerte y tanto sufrimiento por medio, que sólo sin escrúpulos morales pudo montarse una fabulación sobre un hecho tan terrible». Ya hace algún tiempo que barruntaba yo algo así.
Según mantiene De Diego «la motivación de Pedrojota para mentir durante años es clara: incrementar sus ventas (...). Esa historia se ha enturbiado por criterios puramente mercantilistas, que repugnan al más mínimo sentido moral. La fabulación se utilizó también para intrigas dentro del PP, y fue voceada histriónicamente por un equinoccial Jiménez Lozanitos». ¡Cómo brillan las afiladas hojas de las navajas!
Enrique de Diego no duda en cebarse en el argumento y señala también que «La fabulación ha dejado de vender. El diario ultrasensacionalista «El Mundo» no hace otra cosa que hundirse en los puntos de venta. La gente se ha hartado de sus mentiras. Incluso el primero autor de la fabulación, Fernando Múgica, abandona el periodismo activo». La cosa parece quedar bastante clara, ¿verdad?
Y para concluir la faena, la sentencia más contundente de todas: «El diario ultrasensacionalista ha quedado atrapado en su propia paranoia y sigue con una matraca que nadie sigue y a nadie le interesa. En su impostura, llega a identificar su mentira con la libertad de expresión. Pero cada día es más evidente el deterioro del diario ultrasensacionalista y que no hace otra cosa que mentir y manipular, llegando a la inmoralidad absoluta de pretender que se ponga en libertad a los autores de la masacre de Atocha. Delenda est Pedrojota». Visto lo visto...