El pasado mes de junio, los precios experimentaron una subida del 0,4% en Hego Euskal Herria, según dio ayer a conocer el Instituto de Estadística español (INE), que también informó de que, por el contrario, la inflación interanual se mantiene en tasas negativas. La explicación a este último dato tiene su principal argumento en el descenso del precio del barril de petróleo, que hace un año superaba los 100 dólares y en la actualidad se sitúa en torno a los 60.

Más complejo resulta abordar el análisis de la tendencia alcista, aunque ligeramente, de los precios en junio. El incremento parecería, a primera vista, avalar en el plano teórico las tesis de quienes aseguran ver la luz al final del largo túnel de la crisis, y que la variación en el comportamiento del IPC -hasta hace poco en caída libre- tendría su origen en una reactivación de la economía. Tesis afectas a los círculos del Gobierno y que, por lo tanto, animan a poner la lupa sobre la información oficial hasta encontrar datos muy significativos: los sectores que han tirado de los precios hasta convertir la deflacción en inflacción en el mes de junio han sido los del tabaco, el alcohol y el transporte, precisamente aquéllos que han sufrido un fuerte incremento tributario por parte de la Hacienda española. Una maniobra que resta credibilidad a los análisis triunfalistas y recomienda seguir esperando.