Cuentan en los sitios de internet animados por peneuvistas de diversa orientación que la actual dirección jeltzale ha decidido retirar a Xabier Arzalluz el despacho que le concedió a su salida del Euzkadi Buru Batzar. Para mantenerle a prudencial distancia de Sabin Etxea, dicen algunos.

Hay quien apunta a la precaria situación económica de la tesorería del PNV, causada por la pérdida del Gobierno de Lakua, como razón de tan desconsiderada actuación. Lo que obligaría a preguntarse sobre qué tipo de ingresos extraordinarios otorga el control del Ejecutivo, más allá de los sueldos. La respuesta, en cualquier caso, está en mente de todos.

Pero hay más posibilidades. Ya se sabe que un despacho y un teléfono en manos de alguien ocioso pueden ser usados como lo hacía Jaime Morey, para leer el «Marca», o al modo de rebotica de Aviraneta, conciliábulo desde el que azuzar las discusiones internas, los debates pendientes, criticar las decisiones de la nueva dirigencia y, en fin, enredar.

Xabier Arzalluz se cuenta en la raza de políticos que, en ninguna circunstancia, deja indiferente a nadie. Le han aplaudido a rabiar muchos de quienes ahora le denigran o, en el mejor de los casos, le dan la espalda o le quitan el despachito. Y le han criticado con dureza quienes ahora sonríen al observar la evolución de su pensamiento y discurso hacia posiciones más coherentes del abertzalismo.

La contundencia de sus apariciones públicas y colaboraciones periodísticas tras dejar paso a Imaz y Urkullu en la presidencia de la Ejecutiva jelkide le han convertido en personaje incómodo para la casta que dirige la nave del nacionalismo conservador. Las críticas a Imaz por su espectacular irrupción en el mundo empresarial y las vivas protestas contra Urkullu por la operación de acoso y derribo tramada contra Ibarretxe han terminado por convertirle en el Pepito Grillo de un partido que busca orientarse después del mazazo que ha supuesto la pérdida de la Lehendakaritza. Tal vez a alguien no le interese que, en esa búsqueda de orientaciones y referencias, las nuevas opiniones de Xabier Arzalluz puedan ser tomadas en cuenta por la militancia. Tal vez prefieran su silencio. O que, si habla, no lo haga desde un despacho del propio partido. Tal vez...