Una semana después, China prohíbe las reuniones públicas en Urumqi
Una semana después de que una protesta uigur provocara una brutal represión policial y degenerara en pogromos entre las dos principales comunidades que habitan en la ciudad de Urumqi, el Gobierno chino ha prohibido cualquier tipo de reunión pública en la ciudad. La medida coincide con el duelo de los colonos han por los muertos de su comunidad pero incluye otra vez el aislamiento de la comunidad uigur en sus ghettos del sur de la capital de Xinjiang.GARA |
La Policía de Urumqi anunció ayer que toda reunión, desfile o manifestación está terminantemente prohibida en la capital administrativa de Xinjiang..
Justo una semana después del inicio de los disturbios, ayer era el séptimo día de duelo por los miembros de la etnia colonial han muertos.
Generalmente, las ceremonias para honrar la memoria de los difuntos consisten en encender en la calle, cerca del lugar donde la persona murió, incienso y papel moneda. Las ceremonias se realizan cerca de los cruces, a fin de permitir al alma del muerto encontrar más facilmente el camino de casa, según la creencia.
La Plaza del Pueblo, centro neurálgico de las protestas de ambas comunidades, estaba cerrada a cal y canto y controlada por policías con abundante material represivo.
Muchos accesos a la zona uigur fueron nuevamente cerrados. Pese a que muchos comercios tenían abiertas sus puertas, la desconfianza se palpaba en ambas comunidades.
«Esto sigue siendo muy peligroso», señalaba el propietario de un supermercado, un han llamado Lin. «Tengo amigos que ayer se internaron en la zona uigur y fueron amenazados a salir inmediatamente».
Un uigur, que prefería no dar su identidad, testimoniaba asimismo su temor. «Estamos aterrorizados», señalaba, añadiendo que no se atreve a ir a la estación de tren o a otros lugares donde hay muchos han.
74 heridos en estado crítico
El presidente del Gobierno regional de Xinjiang, Nur Bekri, revisó al alza la cifra de heridos en los enfrentamientos, que ascenderúan a 1.680 (hasta ahora se hablaba de 1080).
Del total de heridos, 939 seguirían hospitalizados, 215 de ellos en estado grave y, entre estos últimos, 74 en estado crítico.
Por contra, el Congreso Mundial Uigur en el exilio habla de miles de víctimas mortales, la inmensa mayoría de ellas de etnia uigur e insiste en que los disturbios se han extendido más allá de Urumqi reproduciéndose en las principales ciudades de la etnia turcomana.
Desde Kashgar, capital histórica uigur situada 1.600 kilómetros al oeste de Urumqi, un comerciante han confirmaba que la Policía controlaba las calles y que muchas tiendas permanecían cerradas.
Por otro lado, todas las alarmas se encendieron ayer tras la explosión de una fábrica química en Urumqi. El Gobierno excluyó la posibilidad de que se tratara de un atentado, tal y como se temió en un primer momento.
Un depósito de petróleo explotó a primera hora de la mañana sin provocar víctimas en la fábrica Shishua gongsi, en el distrito de Midong. Las instalaciones pertenecen a China National Petroleum Corporation (CNPC), el mayor grupo energético del gigante chino.
El movimiento independentista uigur cuenta con expresiones armadas que periódicamente realizan atentados contra objetivos chinos en su tierra.
La dirigente uigur en el exilio Rebiya Kadeer pidió a EEUU que se movilice en favor de su pueblo y que abra, por ejemplo, un consulado en Urumqi.
«EEUU está seriamente implicado con el Tíbet. Debería hacer lo mismo con los uigures», destacó Kadeer en una entrevista a la revista alemana «Focus». «Los uigure sufrimos lo mismo que los tibetanos. Estamos oprimidos en nuestra propia patria, donde somos tratados como ciudadanos de segunda clase».
«El Gobierno chino nos ha otorgado una suerte de autonomía pero nos trata como animales», cuando «lo único que queremos es una verdadera libertad y la autodeterminación», añadió la dirigente del Congreso Mundial Uigur.
Los analistas apuntan a que la crisis en Xinjiang «es muy inquietante para la dirección (china), porque podría extenderse a otras minorías que tienen las mismas exigencias».
«El Gobierno tiene un problema serio. Beijing debe hacer frente al trato que dispensan los han a las minorías, no sólo en Xinjiang», señala Jiang Wenran, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Alberta (Canadá). Las fronteras occidentales de China (Xinjiang y Tíbet) son los desafíos más serios, pero las tensiones van más allá, como en Mongolia Interior, otra región autónoma en el norte del país.
Jean Pierre Cabestan, experto de Hong Kong, reconoce que «todas las minorías con modos de vida tradicionales están amenazadas por la modernización. Es un problema universal, no sólo Chino». Pero añade que mongoles, tibetanos y uigures son las únicas minorías con aspiraciones independentistas. GARA