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TORRE TRIESTE Actividad

Andrej Grmovsek, aportación del esloveno en Dolomitas

El alpinista esloveno realiza la primera repetición en libre y en el día de la vía Donnafugata (max 8a, 750 m) situada en el mítico bastión vertical de la Torre Trieste.

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Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

Las Dolomitas dan para mucho. En ese terreno de juego vertical son cada vez más los escaladores-alpinistas de nivel que intentan, sobre todo, trazar líneas con verdadero componente de dificultad, y, en muchos casos, también de exposición.

Un claro ejemplo de ello es la noticia que recibimos de Andrej Grmovsek. El contenido era claro y contundente: primera repetición en libre y en el día de la ruta Donnafugata (máximo 8a, 750 m) enclavada en plena cara sur de la impresionante Torre Trieste (Civetta).

Para situarnos en esta nueva aportación de Grmovsek, antes de nada presentamos la vía elegida para esta sobresaliente actividad. Corría el 2004, cuando dos grandes escaladores de duras aperturas y ascensiones en libre, Christoph Hainz y Roger Schäli, abrían la línea Donnafugata. Una ruta emblemática, entre otras cosas, por ser totalmente directa y trazada en ese «misil» que lleva por nombre Torre Trieste.

La cordada Hainz-Schäli, tras hacer el gran trabajo de apertura, se dedicó a liberar la vía. Pero el largo 15 se les resistió. De esta forma, Donnafugata quedó graduada de 7a/A2. Tres años más tarde, aparece en escena otro habitual del libre duro de las Dolomitas: Mauro Bole Bubu. El italiano quiso probar de qué iba la vía en sí y, cómo no, esa tirada pendiente que se mostraba muy reacia para su liberación. Junto a Ines Papert le da varios intentos durante cuatro jornadas. La ve cerca, pero todavía tenía que esperar. Y, claro está, al escalador italiano no le va lo de las esperas, y de nuevo se acerca a esa poderosa vía de la cara sur de la Torre Trieste, esta vez acompañado por el joven Gabriele Gorobey. Como Bubu ya la tenía a punto, los siguientes pegues fueron para poner el punto rojo al largo clave. Para el italiano se trataba de un consolidado 8a.

Un par de datos más sobre esta exquisita línea. En sí, está bien protegida en sus tiradas más largas, y es que están equipadas en parte con clavos y espits (según Hainz, imposible subir sin ellos). Además, las reuniones son seguras. A pesar de todo, como estamos en terreno de montaña, se necesita llevar unos friends para los primeros cuatro largos, de los más fáciles. Y, sin duda, mucha experiencia para una ruta tan larga y tan dura. Así pues, tras su total liberación, Donnafugatta queda como máximo 8a, con una tirada de esa graduación, otra de 7b+, una más de 7b y las demás de menor grado.

En el día

El trabajo de apertura ya estaba realizado, el punto rojo también lo pusieron... ahora, «sólo» quedaba que algún escalador se aventurase a firmar la primera repetición en libre y en el día. Y ese honor ha recaído en manos de Grmovsek. Fue el pasado junio cuando este protagonista escaló la vía junto a su joven compatriota Luka Krajnc. Este joven lideró los primeros cinco largos y alguna más entre las tiradas 10 y 15. El líder de la cordada se «comió» las demás; las más duras en general.

La aportación, cómo no, viene de la firma en el día de una vía tan larga como exigente. La cordada empezó a escalar a las 6.30 de la mañana y acabó a las 23.00 de la noche.

Gromvsek conoce bien las Dolomitas, y es que, como señala a GARA, las tiene cerca de casa: «A unas 5 horas en coche. Son unas montañas perfectas para la escalada dura, larga y en libre. Para mí son los mejores muros de caliza del mundo. Para ser honesto, la vía Donnafugata no era un objetivo que me estuviera rondando la cabeza. No estaba motivado para una línea tan dura de las Dolomitas; sobre todo porque estaba justo al comienzo de la temporada. No quería estudiar y analizar concienzudamente todos sus largos duros para luego volver y escalarlos en libre y para luchar el estrés sicológico de una ascensión en libre».

Como bien adelantaba el escalador esloveno, eran principios de temporada y seguramente la maquinaria no estaba del todo a punto para poder centrarse del todo en una vía cinco estrellas. Pero, cómo son las cosas, es su compañero de cordada Krajnc quien tira del carro para el «enfrentamiento» en Donnafugata. Y tras convencerle, a Grmovsek no lo quedó otro remedio que viajar a las Dolomitas: «El entusiasmo y la determinación de mi joven colega Luka ganaron. Desde que Bubu y Erik Svab (lo intentó el año pasado) nos afirmaran que el largo clave, el 15, era muy técnico, fuimos a intentar la vía. Escalamos a vista hasta dicha tirada clave. Pero allí llegaron los problemas. Pasé dos horas figurando todos sus movimientos. Y, sí, es un largo muy duro y técnico. Luka también pasó un buen rato estudiando este largo. Estaba seguro de no poder enlazar todos los movimientos en mi segundo intento. Pero de nuevo lo intenté y finalmente conseguí mi objetivo. Estaba super feliz, pero sabía que por delante teníamos otro problema: eran las 17.30 y nos quedaban todavía otros nueve largos hasta la cima. Este largo clave fue demasiado duro para Luka, y, para no perder más tiempo, seguimos escalando lo más rápido posible».

Dura graduación

La cordada eslovena ya llevaba un buen porrón de horas escalando. Llegó la tirada 17 graduada de 7b. Según nos informa Grmovsek, la escaló en libre al primer intento con sus últimas energías.

Era las 21.00 de la noche, y por delante otro largo de 7a/a+. Estaban justo debajo de la cima, donde acababan todas las dificultades técnicas. Se trataba de una buena placa sin agarres y el esloveno lo resolvió al segundo pegue ya con la frontal encendida. Finalmente, a las 23.00, hacían cima. Fueron casi 17 horas de verdadera batalla en un escenario que impone, en una vía directa de la emblemática cara sur de la Torre Trieste.

La cordada, con Grmovsek como líder en las dificultades más duras, ya tenía el objetivo en el bolsillo: logró la primera repetición en libre y en el día de Donnafugata. A partir de ahí, momento para la valoración: «Había escuchado a todos los escaladores que se han metido en esta vía que se trata de una vía fantástica, y, la verdad sea dicha, es una verdadera joya de las Dolomitas. Sobre las dificultades técnicas, en general, pienso que tiene una graduación bastante blanda. Creo que la mayoría de sus largos en libre son más duros, pero la tirada clave no es tan difícil por tener unas características de técnica pura. Estoy muy contento por embolsarme este objetivo con la idea que tenía, es decir, por escalar Donnafugata en libre y, sobre todo, en el día. Creo que hay una gran diferencia entre un primer intento (en un sólo día) y muchas visitas (en más días). Ciertamente, esta escalada significa mucho para mí, por la lucha constante en toda la ruta y en las mayoría de sus largos duros; casi no te deja respirar hasta el final. Sólo quiero recordar que pasé dos horas en la tirada clave, y todos los esfuerzos realizados en este largo 15 me dejaron muy tocado. También por la lucha constante contra el crono y por la inesperada ascensión en libre en el día. Y si todo ello fuera poco, cinco días más tarde, mi compañero Luka fue capaz de escalar la ruta en libre».

Donnafugata ya cuenta con otra nueva aportación del siempre movido Andrej Grmovsek.

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