El campeón mundial superó el Tourmalet con el grupo de los mejores, fue noveno. Una vez superado el calvario que ha seguido a su mejor victoria, se ve en condiciones de pelear por dar a Lampre la etapa que necesita tras su mal Giro.

¿Cree en la maldición del maillot arco iris?

Puede que sea verdad, pero estaría dispuesto a volver a tener la maldición el año que viene porque sería señal de que he ganado otro Mundial. Es un problema todo lo que me está pasando este año, pero estoy feliz de llevar este maillot y de asumir la responsabilidad que conlleva, que es mucha.

¿Qué le pasó en el comienzo de temporada?

Me detectaron el Citomegalovirus, un virus de la familia de la mononucleosis, que te deja sin fuerzas. Me obligó a retirarme en la Tirreno Adriático, en la que iba muerto. El Giro de Cerdeña lo hice bien, en Montepaschi sufrí molestias en el estómago y, a partir de ahí, tuve muchos problemas. Estaba sin energías y tuve que abandonar tras cuatro etapas la Tirreno para que me hicieran unos exámenes médicos que detectaron el virus que me obligó a parar.

Y se quedó sin sus clásicas...

Ha sido una lástima no poder correr pruebas como San Remo o Flandes con esta maglia, pero ahora todo está bien y este problema está superado.

Y ahora se cae en el Tour...

Ya estoy mejor, un poco molesto porque descanso mal. No puedo dormir bien porque tengo que hacerlo para el lado derecho. Pero el Tour es esto, es famoso en la primera semana por las caídas y espero mejorar a partir de la segunda. He empezado la prueba con sólo diez días de competición y sabía que el inicio iba a ser difícil, antes de la caída. Espero que en la segunda y tercera semana pueda estar mejor y ganar una etapa. Sobre todo en la segunda, la mejor para las fugas. Soy un corredor atacante y no me limito a las pruebas de un día. Gané el año pasado en la Vuelta en Ordino y fui segundo en una etapa del Tour. Además quiero adquirir una condición que me permita disputar las clásicas y la Vuelta para preparar el Mundial, mi gran objetivo de la temporada. Quiero repetir título. He visto el recorrido antes y después de la Vuelta a Suiza. Es muy bello, nervioso y muy duro, más difícil que el de Varese, pero puede ser bueno para mí.

¿Tras el mal Giro sienten más presión para este Tour?

No hemos estado fuertes en el Giro y no tenemos a nadie para la general en el Tour. Nos vamos a centrar en intentar lograr una victoria de etapa. Tras el Giro, hay un poco de presión por hacerlo bien.

¿Le ha cambiado el Mundial?

Siento más responsabilidad y me ha cambiado el invierno, con muchos compromisos con sponsors y aficionados. Y también me siento más respetado en el pelotón y en la escuadra.

¿No es normal que un campeón mundial no pase a profesionales hasta los 25 años?

Los dos primeros como amateur tuve dos intervenciones en las rodillas y después estuve otros cuatro, en los que gané doce carreras. Entonces fue cuando el productor de bicicletas de Lampre, Killer, me conoció y le dijo a nuestro general manager Saronni, que era un muy buen ciclista y me dieron la oportunidad de pasar. Yo nunca perdí la esperanza. Lampre ha sido mi único equipo y, después del Tour, decidiremos si sigo aquí.