
Reformas para que no haya cambios
El anuncio que hizo p�blico ayer Miguel Sanz, tras la primera reuni�n ordinaria postsanferminera de su Ejecutivo, tiene un calado mayor del que el propio presidente navarro quiso trasladar a la ciudadan�a cuando indic� que se trata, simplemente, de �dar tr�mite� a un tema que ya contar�a con el benepl�cito del Gobierno de Jos� Luis Rodr�guez Zapatero. Ciertamente, reformar el Amejoramiento s�lo para que la legislatura del Parlamento foral se pueda prolongar durante cuatro a�os tras unas elecciones anticipadas -lo que ahora no est� contemplado- no tiene mucho valor, pero en este caso las formas recuerdan cu�l es el fondo del debate en torno al Amejoramiento.
Como ocurri� con el texto actual -elaborado en 1982 y retocado en 2001-, UPN pretende de nuevo hurtar el debate a la ciudadan�a navarra y a todas las formaciones pol�ticas que no est�n de acuerdo con sus planteamientos. Es m�s, de creer lo que dijo Sanz, el acuerdo ya est� atado con el Gobierno del PSOE a trav�s del vicepresidente Manuel Chaves; luego, s�lo queda que la C�mara foral y las Cortes espa�olas lo aprueben tal como quede redactado por la comisi�n mixta que redacte el proyecto, porque no existe la posibilidad de incluir enmiendas ni siquiera para cambiar una coma. Y, por supuesto, no se contempla la convocatoria de un refer�ndum porque, a juicio de los pr�ceres que ocupan el Palacio de la Diputaci�n, las navarras y navarros todav�a no han alcanzando la mayor�a de edad para decidir el marco pol�tico-jur�dico en el que desean vivir. �D�nde est�n los cambios? Ni en las formas.
Adem�s, una vez abierto el mel�n de las reformas, Sanz cuenta con �autorizaci�n� para negociar �otras modificaciones que se consideren convenientes para adecuarse, dada la evoluci�n, al marco normativo vigente�. El presidente navarro no entr� en detalles sobre ese papel de �negociador plenipotenciario� que se ha otorgado a s� mismo ni sobre cu�les podr�an ser esos otros cambios, otro signo de la escasa calidad democr�tica que esconde el Amejoramiento.