Petición del Gobierno navarro a Madrid
Sospechoso
Iñaki IRIONDO
En pleno estío, cuando la gente está pensando más en buscar una sombra que en cualquier otra cosa, Miguel Sanz se saca de la manga la necesidad imperiosa de reformar la duración de las legislaturas del Parlamento foral cuando se dé una disolución con elecciones anticipadas. Si los cambios no fueran más allá, podría pensarse que lo que UPN pretende es sacar estas elecciones del ciclo de las municipales, donde la campaña estatal del PP adquiere mucho peso en los medios de comunicación, y así buscar una convocatoria sólo para Nafarroa donde la formación de Sanz y Barcina tendría mayor protagonismo. Con disolver anticipadamente el Parlamento en una sola ocasión -por ejemplo en 2010-, UPN tendría en adelante los comicios forales distanciados de cualquier otra convocatoria estatal. Ahora que se ha divorciado del PP, a UPN le conviene tener «un marco autónomo de contienda electoral», porque el telediario con el discurso de Rajoy en Murcia ya no suma para los de Sanz y Barcina. Pero llama la atención esa coletilla del acuerdo del Gobierno de Iruñea que autoriza al presidente a negociar otras modificaciones. ¿Cuáles? ¿En base a qué? Una vez más, parece que se va a hurtar a los navarros y navarras la posibilidad de decidir sobre su futuro, fiándolo todo a sospechosas negociaciones entre palacios.