Igor Antón atiende a GARA en su hotel de Martigny al término de la leve sesión de entrenamiento de todo el equipo Euskaltel, un equipo del que destaca su buen trabajo, aunque admite la necesidad de rematarlo con una victoria de etapa.

¿Cómo va el Tour tras su retirada en el año de su debut?

Aquel año me di cuenta de lo duro que es esta carrera. Aún así pienso que es algo extraordinario y lo que quiero es ir poco a poco curtiéndome. Este año mi objetivo es acabarlo y conocer todos los entresijos, el día a día. De hace dos años aquí he mejorado, estoy mejor, aunque no todo lo bien que quisiera.

¿Se ve disputando la clasificación general en el futuro?

En un futuro quiero prepararlo mejor que este año. A raíz de la caída de la Vuelta, al cuerpo le cuesta coger el punto y te queda la resaca de aquella caída. Eso se irá disipando, pero sí que este año he notado que me ha costado coger ese punto. Y eso en un Tour se acentúa. Por lo menos me servirá para coger experiencia y saber qué te encontrarás.

¿En Verbier le dio la vuelta a un Tour que venía torcido?

En el final del puerto es donde me encontré bien, pude sufrir. Así como en Arcalis el cuerpo no me lo permitía y en otras etapas me ha sido imposible y no he sido capaz de estar a la altura, en Verbier me vi bien. Pero es el Tour y se nota la tensión y el desgaste que hay. Sólo para coger una fuga las primeras dos horas son de armas tomar. Porque al principio de la etapa me veía justito y creía que en Verbier no podía hacerlo bien, pero me quedé contento. Con los gallos no pude estar porque no he sabido llegar en esa forma, pero estuve con Nocentini y con gente que están dando la cara. Sí le he dado la vuelta al mal inicio. Estuve mal en Pirineos porque tras las caídas el cuerpo me quedó muy tocado. No me encontraba a gusto, no podía sufrir . En Verbier ya pude sufrir y tengo ganas de seguir así. Y eso que en un Tour darle la vuelta a las cosas es difícil, le he podido dar media vuelta.

¿A partir de hoy llegan tres etapas en las que es una de las esperanzas del Euskaltel?

El final que me conviene más es el del Ventoux, tras unas etapas en las que la general quedará más definida y ese día puede que gane uno de la fuga. Pero para entrar en la fuga es muy complicado. Hoy tenemos un etapón, los dos puertos que se suben son durísimos y la etapa del miércoles va a ser la reina. Vamos a intentar aprovechar las oportunidades. Según salgamos cada día se verán las sensaciones. Quizás hoy el día de descanso me puede pasar de factura y, si no estoy bien, guardaré fuerzas para la etapa de mañana, que quizás me viene mejor. En la de hoy tengo alguna duda.

¿Entiende que se le mire a usted, porque es el Euskaltel más ganador de los que están aquí?

He tenido momentos con olfato para lograr la victoria. Tampoco tengo muchas, pero las que he logrado son en buenas carreras y por eso estoy contento. Además Suiza siempre me ha motivado y he conseguido cosas. Pero en el Tour vienes con unas ilusiones y te das cuenta de que hay un nivel superior. Aquí se pelea hasta el dorsal de la combatividad. El último ataque de la fuga es para lograrlo. Por eso ganar aquí una etapa es complicado, si lo consigo antes de retirarme sería un sueño cumplido.

¿Podría ser este año?

Necesito un final en alto como el de Verbier. Tengo el Mont Ventoux. Las papeletas son pocas, pero alguna puede haber. Hoy y mañana ya no es cuestión de ser escalador o no. Es cuestión de piernas. El que está bien y el que tenga el motor bien ese día puede ganar y puede ser un escalador o no, como demostró Haussler el día de Colmar.

¿Comparte que sólo le falta la victoria al equipo?

Ésa es la clave. Una victoria de etapa, incluso no haciendo nada, sin dejarte ver en escapadas ni hacer una buena carrera te vale. Sólo con una etapa te cubre toda la temporada porque una victoria en el Tour es lo máximo a lo que puede aspirar un equipo, menos algunos como Astana que ganará el Tour.

Y eso que su equipo ha hecho una carrera meritoria...

Personalmente no estoy aportando lo que me gustaría, pero tenemos a Mikel, que lo ha hecho muy bien. A Egoi, que con la montaña que nos ha dado unos días de lucimiento. Y Txurruka, lo valiente que es. Luego el resto lo hemos intentado. Rubén Pérez se metió en algunas fugas y la pena fue lo de Koldo, que se tuvo que bajar sin sprintar y que quizás era el que más cerca podía tener una victoria por su punta de velocidad, aunque con Cavendish era díficil.