El nuevo Alavés vuelve a los entrenamientos
Arranca el año cero para el Glorioso
Las doce nuevas incorporaciones inician la pretemporada de un equipo al que sólo le vale el ascenso a pesar de la incertidumbre.
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
Aunque a las generaciones de albiazules más jóvenes, especialmente aquellas que se engancharon al Glorioso en los días de vino y rosas de la UEFA se les haga impensable, el infierno de Segunda B no es para nada desconocido para aquellos que vibraron en La General. Sin embargo, la actual sí que pasa por ser la situación más comprometida y desconcertante de los más de ochenta años de historia del Deportivo Alavés, por todas las adversidades a las que tiene que hacer frente un club obligado a reconstruirse desde el más absoluto de los vacíos y en el que todo lo que no sea un ascenso será un sonoro fracaso.
Tras los baldíos e infructuosos intentos de reconducir la nefasta situación heredada, el Consejo dirigido por Fernando Ortiz de Zarate ha querido romper con todos los vestigios del pasado y sólo el joven canterano Igor Martínez y un Raúl Llorente que ayer mismo firmó su continuidad con una importante reducción de su ficha seguirán teniendo un hueco en un proyecto deportivo que arranca con la presión, la urgencia y la improvisación como principales características.
Esta ansia por remodelar un club en el que el personal no deportivo ha sido el más damnificado, hace que la incertidumbre sea enorme, ya que todo es nuevo y desconocido en este Deportivo Alavés. No se cuenta con los jugadores que llevaron al equipo al descenso y se ha puesto en manos del novato José María Cidoncha la responsabilidad de confeccionar la plantilla, mientras Javi Pereira, que también se estrena como primer técnico, será el jefe del banquillo.
Mercado del sur
El conocimiento de Cidoncha del mercado del sur del Estado español -acaba de retirarse como central del Linares- le ha convertido en el granero de donde se ha nutrido a la hora de fichar jugadores. Con todo el trabajo por hacer y la necesidad de fichar a veinte jugadores, Cidoncha ha cerrado, hasta ahora, doce contrataciones.
El espigado iruindarra Mikel Pagola será el portero titular del equipo tras la marcha de Bernardo al Recreativo de Javi López y la inclusión de Bonis en el Expediente de Regulación de Empleo que tendrá en Astudillo, Pablo Casar y Moreno sus casos más complicados.
La defensa es por ahora la línea menos reforzada con la llegada de Carrión, como lateral derecho, e Iker Gereñu e Igor Cuesta como centrales.
En el centro del campo han llegado siete de las once contrataciones, y se augura una competencia extrema para hacerse con la titularidad. Los veteranos Dani Bouzas -el único sobre el que el gran público tiene referencias por su paso por Sporting, Rayo Vallecano o Albacete- y Romerito -medio centro defensivo de 32 años con largo recorrido en todas las categorías del fútbol nacional y que marcó un gol en el Bernabeu con el Mallorca- se perfilan básicos para dar consistencia a la medular. Vicente -jugador bastante técnico-, Fran Moreno y Eneko - zurdo de 25 años nacido en Zaragoza aunque con familia alavesa que llega del Ejea- aparecen como escuderos y complementos. Para las bandas Ruano -habilidoso extremo derecha, y Óscar Rico- pretendido en el pasado mercado invernal-, por la izquierda, aparecen como los encargados de romper las defensas desde los costados.
La delantera sólo ha tenido una incorporación con la llegada de Diego Segura -atacante de 25 años procedente del Betis B y que la pasada campaña llegó a debutar en Primera-.
Javier Pereira contará con 20 efectivos en su primer entrenamiento de estar tarde, ya que a estos fichajes hay que sumar a Igor, Raúl Llorente y Emilio -al que se busca traspasar- además de los jóvenes Royo, Selvas y Reguero y los juveniles López de Calle y Montoya.
La Diputación ha solicitado aclaraciones sobre la ampliación de capital y el préstamo a cinco años que plantea para firmar el convenio con la institución foral.
Superados el millar de abonados en la primera semana de la campaña de socios, el club confía en poder alcanzar el objetivo de contar con 5.000 socios esta temporada.
El actual Deportivo Alavés es un constante ir y venir de jugadores, con el agravante de que existe un ERE especialmente duro con el personal no deportivo. Raúl Llorente puede ser ahora mismo el mejor exponente de los cambios que se están viviendo en los despachos de la entidad del Paseo de Cervantes, ya que en cuestión de horas, ayer pasó de ser uno de los futbolistas inscritos en el ERE «con vacaciones retribuidas por el club para poder buscar algún otro equipo» a escuchar de Javier Pereira que será el lateral zurdo, en principio titular, para la próxima temporada.
Para ello, el jugador ha tenido que aceptar la sustancial rebaja de su ficha propuesta por el club. Para actuar dentro de la legalidad, el Alavés había ofrecido a los seis jugadores afectados un contrato a la baja, de 58.000 euros anuales, que les seguía vinculando al club aunque la entidad ya les dejaba claro que no contaba con ellos ni entraban en los planes deportivos del nuevo técnico, aspecto que ha cambiado en el lateral zurdo.
Las cosas son distintas para los dos laterales derechos que quedan de la plantilla de la pasada campaña, Iban Fagoaga e Iñigo Kalderon. El de Bera, que debido a sus constantes problemas físicos de los que sigue convaleciente sólo jugó 40 minutos en un partido en el que terminó expulsado, fue de los primeros en aceptar la propuesta pero sabe que no entra en los planes de un club que no cree que puede volver a ser apto para el fútbol profesional.
La situación tampoco es buena para un Iñigo Kalderon que hace dos temporadas puso de su propio bolsillo para cumplir su sueño de jugar en el deportivo Alavés y que ahora ha aceptado la reducción de su ficha y se le va a permitir entrenar con el grupo, aunque sabe que debe buscarse acomodo lejos del Alavés.
En el caso del portero Bonis, aunque se esperaba que lo hiciera, no ha aceptado las condiciones y se ha acogido a los días de vacaciones que le ha concedido el club.
Más problemática parece la salida para Pablo Casar, Astudillo y Moreno que ayer presentaron ante el club un escrito en el que muestran su malestar por su actitud.
Los jugadores han contado con el apoyo de abogados de la AFE para redactar el escrito y lamentan que el Alavés no les permita entrenar con el resto de compañeros, a pesar de tener contrato en vigor. «Lo que no voy a hacer es saltar la valla de Ibaia para poder ir a entrenarme», comentó un enfadado Pablo Casar, al que parece quieren en Cartagena.
J.O.