Todo lo que la noche del lunes concitaron las cadenas para hablar desmesuradamente de la supuesta llegada del hombre a la luna y de la llegada de un hombre, Michael Jackson a la más absoluta de las soledades compartidas se convierten en algo absolutamente anacrónico ante los acontecimientos que la inmensa mayoría de las cadenas nos ofrecen como material de primera mano. Es decir según en que corte del noticiario se observe, todo es pasado, viejo, obsoleto, pasado de fecha. Y lo que parece más cercano, huele a rancio. Y no me refiero a los noticiarios de la tarde-noche que se alimenta de los mismos reportajes y noticias que los del mediodía, en ocasiones con una sincronía casi matemática, lo que nos hace pensar que mejor suprimir uno de los dos, o procurar que entre las tres de la tarde y las ocho y media, suceda algo, aunque sea en el terreno de lo importante que es lo que siempre está ausente.

Yo miro este Tour y me aburre. Es como si ya lo hubiera o hubiese visto. No sé si es culpa del calor, pero me sofoca. Ahora tenemos montaña pero seguidos aletargados, ausentes las emociones y las sorpresas. Las audiencias de esta carrera siguen en términos de difícil comprensión. ¿por qué se sigue emitiendo? Claro, es que si nos ponemos a hablar de las motivaciones, las justificaciones y el auténtico valor de los deportes televisados, convendremos que todo lo que está sucediendo en Italia alrededor de las piscinas, es bastante más atractivo, sugerente, dinámico, con unos saltos de trampolín que procuran imágenes realmente atractivas, con competiciones en donde no solamente cuenta la fuerza bruta. Todo lo referente a la natación se convierte en un fuente de satisfacciones, pero tiene poca audiencia. Así la maltratan. Quizás si se cambiara el trato y la promoción alcanzaría más audiencia. Pero ni siquiera cuando en waterpolo se intentó mostrar a los mejores se logró mucho más.

En cambio, y aquí viene otro dato anacrónico, el primer partidillo veraniego de Cristiano Ronaldo logra para La Sexta su mejor lunes de la historia. Cierto es que no tenía mucha competencia, pero Sofres no miente y en esas seguimos estando. Sudando.