El repaso de la trayectoria de Alberto Garate, con el reconocimiento que implica, fue el eje del homenaje que se llevó a cabo ayer en la sede de Eusko Ikaskuntza en Araba. El acto se realizó en el marco del primer aniversario del fallecimiento de Garate, a pesar de que llegó con tres días de retraso respecto a la fecha oficial, algo que, según explicaron, «no le hubiera importado, por su carácter liberal».

Como apertura, se respetó el lado más personal de su trayectoria, por lo que tomaron la palabra primero su hija, y después su mujer Maite Iturritxa. Fueron las palabras de esta última las que generaron la emoción del público asistente. Iturritxa llevó a cabo un personal repaso de la vida de Garate, tratando etapas como la niñez o la juventud, «las más desconocidas» para quienes acudieron al acto. Resaltó su afán por la lectura y su apuesta activa por posicionarse: «Si tomas partido, te puedes equivocar; si no lo tomas, ya te has equivocado», le parafraseó. Como final, lanzó al público unos versos del poeta Antonio Machado, que por concisos hubieran sido del gusto de Garate: «Tras mi muerte, hacedme un duelo de labores y esperanzas».

Los asistentes al acto en la sede de Eusko Ikaskuntza desbordaron con creces el aforo de la sala, obligando a abrir del todo la puerta para habilitar la zona del pasillo. La sala Henrike Knörr acogía así a conocidos y compañeros de asociaciones del homenajeado. El nombre de la sala servía además para introducir la fructífera relación que existía entre ambos, que iniciaron juntos numerosos proyectos y, casualmente, fallecieron en la misma época.

Después del momento familiar, se emitió un vídeo que introdujo la figura de Garate. El trabajo llevado a cabo por la Fundación Euskomedia resumió su trayectoria. Pero fueron los ponentes invitados quienes desgranaron diferentes facetas de la vida de Garate. Así, Federico Verastegui introdujo el acto, Carlos Caballero habló sobre su trayectoria política, Ricardo Cierbide explicó su faceta de investigador, Pedro Ignacio Gonzalo-Bilbao habló sobre su asociacionismo cultural, Felix Maraña de su relación con la literatura y por último Mª Nieves Urrutia concluyó con la relación que tuvo con Eusko Ikaskuntza.

A pesar de proceder de Donostia, Garate estuvo muy ligado a los estudios históricos de Araba, donde residía desde 1966. Tal y como recordaron, compaginó su labor profesional con actividades culturales, sociales y políticas, «siempre desde un punto de vista activo, participativo y altruista». También impulsó la ikastola Umandi, la biblioteca Axular y «Egin».