Prevenir el fuego, mejor que apagar las llamas
El fuego ha arrasado en las últimas 48 horas amplias extensiones de bosque y monte bajo en Euskal Herria, especialmente en zonas de Araba y Nafarroa. Las condiciones meteorológicas, caracterizadas por las elevadas temperaturas y un fuerte e insistente viento sur, han favorecido la acción destructora de las llamas sin que, afortunadamente, se hayan tenido que lamentar daños humanos. La movilización de los bomberos y demás recursos destinados a apagar y controlar los incendios ha servido, al menos hasta el momento, para mantener la situación dentro de los parámetros de la seguridad, aunque en algunos pueblos de Araba, como Saseta, se hayan echado de menos más medios y una mejor coordinación entre las diferentes administraciones para controlar la situación a tiempo.
Es de todo punto imposible prever ni evitar un fuego, especialmente en la época estival, por eso se hace tan relevante la labor previa y continuada de limpieza del monte, de creación de cortafuegos y de realización de trabajos que dificulten el avance de las llamas. Una labor a todas luces descuidada por las administraciones y que de llevarse a cabo con eficacia supondría evitar serios daños ecológicos, proteger explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales, además de un nada desdeñable ahorro en costosos recursos de extinción.