Gloria LATASA | gloriameteo@hotmail.com
Nubes en banderola
Mont Vert está fumando -dicen en Chamonix- cuando su cima está adornada por una nube en forma de banderola. Y si la bandera nubosa está encarada hacia el sur saben que las condiciones meteorológicas pueden estar comenzando a estabilizarse por el oeste. Lo que resulta ser presagio de una paulatina mejoría del tiempo en el Macizo del Mont Blanc.
El fenómeno, además de ofrecernos unas bonitas imágenes y alimentar bien nuestra cámara de fotos, es importante porque nos informa de que hay fuerte viento en la zona, de la procedencia del aire (del sur si el penacho está al norte y al revés), de su elevada humedad y de la evolución del tiempo.
Para que todo esto se produzca, el viento tiene que toparse directamente con montes que tengan la suficiente envergadura vertical. Por eso, es poco frecuente en las cumbres pirenaicas. Donde sí podemos contemplarlo es en montañas como el Everest, el Cervino, los Drus o Mont Vert.
Cuando el viento sopla con fuerza en las proximidades de la cima, choca contra ella y se ve frenada su velocidad. En el lado donde ocurre, el aire se comprime y su presión aumenta. En el lado contrario, por donde ese aire va a continuar su viaje, se expande, a la vez que disminuyen su presión y su temperatura. Con el enfriamiento, siempre y cuando haya la suficiente humedad, llega la condensación necesaria para que la curiosa nube aparezca ante nuestros ojos.
La banderola, nube del género stratus (estrato), continuará formándose en las proximidades de la pared y deshaciéndose por el lado contrario mientras siga soplando el viento. Entre tanto, y por un puro efecto óptico, a nosotros nos puede parecer que allí no hay ninguna clase de movimiento.