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Incendios en Euskal Herria

Sofocados nuevos brotes en Nafarroa y Araba causados por el fuerte viento

En la tarde de ayer quedaron sofocados los incendios declarados el día anterior en Nafarroa y Araba, algunos de los cuales volvieron a reavivarse debido al fuerte viento.

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Iñaki VIGOR | IRUÑEA

«La noche la hemos pasado bien, en casa y tranquilos, pero el día anterior hubo miedo porque vimos las llamas muy cerca», comentaba ayer una vecina de Erreta. Este pueblo fue uno de los más afectados por el incendio declarado en el monte Izaga, hasta el punto de que los vecinos hubieron de ser desalojados de sus viviendas sobre las 17.30, como medida preventiva.

Pese a que en la mañana de anteayer se había dado por extinguido el incendio provocado el martes por dos rayos en término de Idotzin (Ibargoiti), poco después de las 16.00 volvió a saltar la alarma. El fuerte viento del sur hizo que se reavivara uno de los focos, en término de Alzorritz, y las llamas se propagaron a gran velocidad por la ladera del monte Izaga, arrasando matorral, monte bajo, pinos y algunos robles.

El incendio se fue expandiendo hacia la parte norte de la montaña, primero hacia Zuhatzu y luego hacia Erreta. «El fuego llegó aquí sobre las siete de la tarde, como una bala, porque andaba un viento muy fuerte. Las llamas llegaron prácticamente hasta las casas y pasamos algo de miedo antes de la noche», comentaba ayer Carlos Liberal, vecino de Erreta, mientras escrutaba con sus prismáticos la peña de Izaga.

«Aquí hay mucha maleza y monte bajo, y eso ha quedado todo arrasado. También se han quemado las rastrojeras y los pinos, pero parece que al robledal le ha afectado muy poco, porque los robles son más difíciles de quemar», constataba este mismo vecino.

Personalmente, él no tenía ninguna queja por la actuación de los servicios contra incendios. «Iban a donde podían y como podían, porque en un momento se formó un frente de fuego de varios kilómetros. Yo creo que hicieron lo más urgente -añadió-, porque aquí había una casa que corría peligro y entre un camión y un helicóptero la salvaron de las llamas. No han podido hacer más».

Desde Erreta las llamas fueron empujadas por el viento hacia Ardanatz, pero en esta localidad hubo tiempo de reaccionar y los bomberos pudieron hacer cortafuegos.

A las 12.00 de ayer seguía activo el foco de Alzorritz (Valle de Untziti), y pocos minutos después de las cuatro de la tarde, cuando ya se creía que el fuego estaba controlado, las llamas se reavivaron y surgieron nuevos focos en Idotzin, Zuhatzu, Erreta (Izagaondoa) y Liberri (Longida). El calor y el viento dificultaron las tareas de extinción, en las que intervinieron medio centenar de bomberos, tres helicópteros, una avioneta y cinco bulldozer para hacer cortafuegos.

«Como una bala»

«El fuego pasó por aquí como una bala, porque hacía un viento muy fuerte. Las llamas llegaron prácticamente hasta las casas, pero hemos pasado una noche tranquila», comentaba ayer un vecino de Erreta.

«Abandonados»

Algunos vecinos de Saseta reconocieron que se sintieron «abandonados», por entender que los recursos enviados a esta zona de Trebiñu para sofocar las llamas resultaron «insuficientes».

En Trebiñu ven «falta de coordinación» entre instituciones vascas y castellanas

Todos los incendios de Araba estaban bajo control ayer por la tarde. También los focos de Trebiñu, que fueron los que más complicaciones presentaron, se encuentran contenidos, aunque se mantendrá una vigilancia intensiva durante el fin de semana para evitar que las llamas se aviven.

La extinción del incendio de Trebiñu, que afectó a varias localidades, se vio dificultada por las características orográficas, ya que es una zona de monte bajo cruzada por varios barrancos que complican la utilización de medios mecánicos. El fuego tuvo que ser controlado mediante la intervención a pie de los técnicos, apoyados por los recursos aéreos, como hidroaviones.

La Diputación de Araba agradeció la colaboración de cuerpos de bomberos de otros territorios y comunidades, así como de ciudadanos que incluso proporcionaron comida y alojamiento a quienes trabajaban por acabar con las llamas. Además, el viceconsejero de Interior, Raul Fernández de Arroiabe, destacó «la eficaz coordinación» lograda entre las instituciones. No obstante, algunos vecinos de Saseta no opinaban lo mismo, según relataron a GARA algunos de ellos.

Así, Roberto González de Viñaspre aseguró que los vecinos se habían sentido «abandonados», ya que en el momento que se desencadenó el incendio fueron «insuficientes» los recursos enviados. Enrique, dueño del bar del pueblo, coincidía en lo mismo, y ambos destacaron la «falta de coordinación» entre las instituciones vascas y las de Castilla y León.

Por el momento, sólo en la zona de Trebiñu las llamas han afectado a 3.000 hectáreas de monte bajo. Z.E.

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