Un grupo parapolicial compuesto al menos de diez personas armadas y con el rostro cubierto secuestró, torturó e interrogó durante siete horas en un monte del municipio navarro de Irunberri al ex preso político y militante de la izquierda abertzale Alain Berastegi el pasado viernes, 17 de julio, según informó ayer el movimiento pro-amnistía y tal y como consta en la denuncia judicial interpuesta ayer por la mañana en los Juzgados de Iruñea.

Según ha podido saber GARA, el joven de Arbizu, albañil de profesión, recibió una llamada telefónica de una persona que requirió sus servicios con objeto de rehabilitar una vieja borda de Irunberri y solicitar un presupuesto provisional. Con ese fin, el supuesto cliente y el ex preso político fijaron la cita para el pasado viernes en una rotonda de Irunberri para, después, poder acceder a la supues- ta borda que debía rehabilitar, ubicada en el monte.

A un bosque

Todo siguió según lo acordado, incluso cuando el joven de Arbizu llegó a la rotonda de Irunberri en la que se habían citado previamente por teléfono. Ninguna de las personas que allí lo esperaban levantó las sospechas del joven.

Sin embargo, cuando Alain Berastegi se dirigió con los supuestos clientes a visitar la supuesta borda a reformar, el represaliado político de Arbizu fue llevado a un bosque donde se encontraban al menos entre ocho y diez personas, según denunció ayer en el Juzgado de Iruñea el propio joven, todos ellos pertrechados con armas de fuego y con el rostro cubierto.

Asfixiado con «la bolsa»

Inmediatamente después comenzaron las amenazas y los golpes contra el ex prisionero político navarro, al que, previamente, maniataron de forma violenta y retiraron todas sus posesiones y enseres. Durante las siete horas en las que lo mantuvieron secuestrado -siete horas según el cálculo de Berastegi, ya que también le despojaron del reloj-, el joven permaneció en todo momento con las manos atadas.

Además de los continuos golpes y amenazas que recibió tras ser apresado, Alain Berastegi también ha denunciado que lo torturaron. En concreto, al menos le realizaron entre cuatro o cinco veces la práctica conocida como «la bolsa», que provoca asfixia al no poder respirar.

Los golpes y las amenazas persistieron en todo momento, aunque las prácticas de tortura como «la bolsa», según consta en la denuncia, se centraron al inicio del secuestro.

El joven fue requerido persistentemente para que colaborase con ellos, incluso ofreciéndole dinero y fijando una cita para una fecha próxima.

Cabe destacar que mientras que todas las personas que participaron en el secuestro, en un monte cercano a Irunberri, se mantuvieron en todo momento con el rostro cubierto, una de ellas se dejó ver la cara. Según declaró el joven de Arbizu, el que parecía ser el responsable del operativo se desprendió de su capucha para interrogarle personalmente. Fue esta persona la que, según la denuncia, amenazó al represaliado político navarro con que cuentan con acusaciones policiales en su contra y que en caso de que no se preste a colaborar con ellos serán utilizadas en su contra. Según el propio joven, incluso le mostraron un dossier en el que se recogía el conjunto de posibles acusaciones que forzarían su arresto.

Después de permanecer durante al menos siete horas secuestrado y tras fijar una cita para otro encuentro con objeto de que colaborase con ellos, el ex preso político Alain Berastegi fue puesto en libertad por sus captores.

Denuncia judicial en Iruñea

El joven navarro denunció ayer por la mañana el secuestro y las torturas que padeció en el Juzgado de Guardia de Iruñea, aunque la responsabilidad para la instrucción de la querella recaerá en los Juzgados de Agoitz, al ser el tribunal competente de la comarca de Irunberri, lugar en el que ocurrieron los hechos.

De los hechos denunciados se desprende que detrás del secuestro del arbizuarra estarían miembros de algún cuerpo policial, tanto por la demanda de colaboración como por las supuestas acusaciones policiales que pretenderían utilizar en su contra y por las armas de fuego que portaban, así como por la coordinación y capacidad logística de los propios captores.

Alain Berastegi fue una de las 40 personas que el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ordenó apresar a la Policía española en octubre del año 2003, en el marco de uno de los operativos «preventivos» instruídos por el juez. En aquella operación fueron arrestados 34 vascos en todo el país, aunque no consiguieron atrapar al joven de Arbizu.

Dos semanas después, el 25 de octubre de 2003, Berastegi compareció de forma voluntaria en el tribunal especial. Garzón decretó su ingreso en la madrileña cárcel de Soto del Real. Diez meses después, el navarro recobró la libertad.

Hoy, a las 11.00, Alain Berastegi, acompañado por su abogada y por representantes del movimiento pro amnistía, comparecerá públicamente en un céntrico hotel de la capital navarra.