La Audiencia de Nafarroa ha condenado al vecino de Iruñea A.O.P, de 45 años, a 10 años de prisión como autor responsable de un delito de abusos sexuales continuados cometidos contra su hija de cuatro años, con la que no podrá comunicarse ni aproximarse durante ocho años.

La sentencia relata que tras la separación de la pareja, la niña se quedó a vivir con la madre mientras se estableció un régimen de visita para el padre. Fue durante esos periodos que la menor estaba con su padre cuando éste abusó de forma reiterada de su hija. El procesado intimidó además a la pequeña advirtiéndoles de las consecuencias que pudiera traerle si relataba a su madre y hermanos o a cualquier otra persona lo ocurrido. La niña lo ocultó durante un tiempo antes de contárselo a su madre.