Campeonatos del Mundo
Biedermann y su Arena apagan la estrella de Phelps
El alemán se impone al multicampeón olímpico en los 200 metros libre y le arrebata su plusmarca.
Miren SÁENZ | DONOSTIA
Un grupo de aficionadas alemanas lucía el nombre de moda bajo el ardiente sol romano: BIEDERMANN. Cada una de ellas se había pintado en el abdomen una letra del apellido del gigante germano y desde las gradas jaleaban felices a su compatriota. ¿El motivo?, acababa de proclamarse campeón mundial de 200 libre por delante del mismísimo Michael Phelps y de paso le arrebató la plusmarca. Paul Biedermann, embutido en su Arena X-Glide, dio cuenta por la calle 4 de la leyenda.
A Phelps, que no perdía una carrera con algo en juego desde hace cuatro años, tardó en ganarle 1 minuto y 42 segundos justos. Para ello rebajó en dos segundos su mejor marca, siempre estuvo por delante a sabiendas de que en los virajes su batalla estaría perdida y admitió sin cortapisas la influencia de su bañador en la gesta.
La megaestrella no pudo pasar de la plata con un registro de 1 minuto 43 segundos y 22 centésimas, mientras asistía por la calle 3 a algo a lo que no está acostumbrado. Hace casi un año en Beijing, cuando Phelps se convirtió en el deportista más laureado de la historia olímpica, ganó esta prueba en 1 minuto 42 segundos y 96 centésimas. Pese a sonreir y agarrar a su verdugo, cada vez que la ocasión lo requería durante la ceremonia del podio, Phelps reconoció su decepción. «Teóricamente he realizado una buena carrera, a 3/10 de mi récord después de seis meses de parón. Ya se que no he entrenado tanto este año -volvió a trabajar en enero y a competir en marzo-. Lo acepto, pero no puedo estar contento», afirmó a sabiendas de que cualquiera puede tener un mal día y él no ha tenido un buen año.
Lo dijo su entrenador Bob Bowman, mientras su pupilo escuchaba música en la cámara de llamadas momentos antes de zambullirse hacia la derrota. «El año postolímpico ha sido como una montaña rusa, primero el recibimiento, después la falta de entrenamiento. Se reincorporó tarde», y ha competido poco obligado por la sanción de la Federación estadounidense que le metió tres meses por aquellas fotos en las que el ídolo fumaba marihuana en pipa de agua.
Tampoco hay que obviar el aspecto textil, que tal y como se esperaba se ha demostrado esencial. El nadador de Baltimore vistió su tradicional Lazer Speedo de medio cuerpo, un modelo revolucionario a principios de 2008 pero obsoleto ahora ante las prestaciones del Arena o el Jaked. Ninguno de los tres sobrevivirá al 2010. La FINA los prohibirá el 1 de enero, pero no las marcas conseguidas con ellos que serán homologadas.
Mientras tanto, toca aprovechar. Y así lo entienden la mayoría, conscientes de que esto no es real, empezando por este alemán de 22 años convertido de la noche a la mañana en la imagen del triunfo: «En los últimos metros ha sido muy duro, pero también muy divertido. Ha sido una sensación impresionante nadar contra Phelps. He nadado dos segundos por debajo de mi marca personal y en esto el tipo de bañador también ayuda», aseguró Biedermann tras ganar al propietario de 14 oros olímpicos (9 individuales) y 18 mundiales (11 para el solo).
El matagigantes de Roma
Biedermann, cuyo mejor resultado hasta ahora era un quinto puesto en una final olímpica, se está especializando en apagar estrellas. El domingo, el primer día de carreras, se colgó su primer oro y de paso pulverizó la plusmarca de 400 metros libre, uno de los tesoros del legado de Ian Thorpe. El australiano de los enormes pies brilló en el firmamento acuático hasta que con 24 años, los mismos que ahora tiene su sucesor Phelps, decidió colgar el bañador, por supuesto de cuerpo entero, puesto que su trayectoria deportiva coincidió con la aparición de los modelos integrales.
Un par de horas después de la derrota, Phelps pasó en segunda posición a la final de hoy de los 200 mariposa, en la que se impuso el japonés Takeshi Matsuda, encantado también de superar al de Baltimore aunque fuera en semifinales.
Federica Pellegrini suma y sigue con las plusmarcas mundiales en las semifinales de 200 libre (1.53:67), la británica Gemma Spofforth en la final de 100 espalda (58:12) y el surafricano Cameron Van der Burgh en semifinales de 50 braza (26:74).