Los campos de golf de Xantako, en Donibane Lohizune, y de la Nivelle, en Ziburu, fueron objeto de sendos sabotajes durante la madrugada del martes al miércoles. Los greens de los dos campos sufrieron importantes daños provocados, según todos los indicios, con azadas, picos y otros aperos aptos para agujerear la tierra. En el de Xantako aparecieron, además, pintadas con los lemas «Euskal Herria ez da salgai, Euskal Herria no está en venta», que suelen acompañar este tipo de acciones.

El golf de la Nivelle reparó los daños causados en sus greens la misma mañana pero los recorridos permanecieron cerrados durante toda la jornada. Según explicó el presidente del club, Eric Faurisson, «doce personas se han dedicado a reparar el césped hasta primera hora de la tarde, pero ahora hay que ver cómo reacciona porque este tipo de hierba es muy delicado».

Faurisson se declaró «conmovido» por el ataque: «El 85% de los usuarios de nuestro golf son miembros del club y viven en las cercanías. Además, empleamos a una veintena de personas, la mayoría de Ziburu y de otras localidades vecinas. Desde luego, los autores han elegido muy mal el objetivo porque este ataque resulta inexplicable. El golf existe desde hace 102 años y está muy arraigado en Ziburu».

«Matriz de ETA»

La agencia Efe, por su parte, daba cuenta ayer de las declaraciones del subdirector de Relaciones Internacionales del servicio de inteligencia francés (DCRI), Christophe Chabroud, que manifestó en Santander -donde participaba en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo- que los servicios de información creen que «el grupo `Euskal Herria no está en venta'», del que dijo que emplea «sofisticados» artefactos explosivos, «recibe apoyo logístico de la matriz de ETA». Respecto a Irrintzi, Chabroud lo definió como «un grupo que utiliza falsas alertas» para provocar confusión y recabar eco mediático. El objetivo último de dicho grupo sería, según el responsable policial francés, «sabotear el turismo de masas en el País Vasco-francés».