ANV lanzará el chupinazo de Berriozar y el PSN reacciona rompiendo sus relaciones con NaBai
GARA |
ANV lanzará el cohete anunciador de las fiestas de Berriozar. Así lo anunció ayer la teniente de alcalde de esta localidad Inma del Río (NaBai), quien explicó en rueda de prensa que el grupo abertzale obtuvo 736 votos en las elecciones municipales y que «tiene toda la legitimidad» para lanzar el chupinazo, independientemente de la decisión que adopte el Tribunal Supremo sobre su disolución.
Este anuncio generó la reacción inmediata del PSN en Berriozar, que decidió romper su relación política e institucional con el equipo de gobierno (alcaldía de NaBai con apoyo de ANV y IUN). Además de anunciar que los concejales del PSN no asistirán al chupinazo, el secretario de organización de este partido, José Luis Izco, instó a Patxi Zabaleta a «poner orden» dentro de la coalición. «El alcalde de Berriozar no sólo no disuelve al grupo de ANV, sino que hace caso omiso del resto de fuerzas democráticas demostrando su talante y total entreguismo a los amigos de los etarras», declaró.
En la rueda de prensa ofrecida por NaBai para anunciar que ANV tirará el chupinazo de este año, Inma del Río recordó que ése fue el compromiso adquirido por la junta de portavoces al comienzo de la legislatura. Es decir, que el orden de lanzar el cohete sería en función del número de votos en las elecciones, de mayor a menor.
Tras incidir en que los 736 vecinos de Berriozar que votaron a ANV «tienen el derecho a ser representados», la concejala de NaBai dijo que abrir este debate en vísperas de las fiestas, por parte de UPN y PSN, es «querer buscar conflicto y confrontación donde no la hay», con el objetivo de «desestabilizar» el gobierno municipal.
«Vías políticas»
El alcalde, Xabi Lasa, añadió que «acata» el auto del Tribunal Supremo de disolver el grupo municipal de ANV y que lo ejecutarán cuando reciban la comunicación oficial, pero dejó claro que no lo comparten: «Creemos en el derecho de todos los ciudadanos a defender sus derechos por vías políticas».
Lasa culpó de «estos vaivenes» al Gobierno español y a los tribunales, «que son los que en un momento dicen una cosa, en el 2007, y en 2009 dicen otra».