GARA > Idatzia > > Mundua

El país más pobre de Europa repite comicios en un intervalo de tres meses

Moldavia, ex república soviética y considerado el país más pobre de Europa, celebró ayer nuevas elecciones después de que la oposición boicoteara los resultados de las convocadas en abril -llegando a saquear el Parlamento- y que dieron el triunfo al Partido Comunista.

p023_f01_097x144.jpg

GARA |

Los comicios fueron convocados después de que el Parlamento elegido en abril, dominado por el Partido Comunista, fuera boicoteado por la oposición, que impidió el traspaso del poder del presidente saliente y líder comunista, Vladimir Voronin, a la hasta entonces primera ministra, Zinaida Greceanii.

Los resultados en los comicios de abril, que otorgaron un 50% de los votos a los comunistas, fueron respondidos en las calles por manifestaciones que degeneraron en disturbios que culminaron en el incendio y saqueo del Parlamento.

Los sondeos auguraban un nuevo triunfo del Partido Comunista, aunque pronosticaban que tampoco esta vez logrará los 61 escaños (de un total de 101) mínimos para poder designar al presidente.

Algunas encuestas no le otorgaban más de un 30% y explicaban este descenso en votos en la deserción de uno de los líderes comunistas históricos, que habría pasado a liderar el centrista Partido Democrático, que vería aumentadas sus expectativas de un 4 a un 10% de los sufragios.

Precisamente esta formación podría convertirse en bisagra entre los comunistas y la oposición derechista, formada por el Partido Liberal (13%), el Partido Liberal Democrático (7%) y la furibunda anticomunista Alianza Nuestra Moldavia, a la que no vaticinan más de un 3%, lejos del 5% mínimo para poder acceder al Parlamento.

Vista la debilidad de estas formaciones, incluso en coalición, los analistas apuntan a que el carismático Lupu podría unirse de nuevo a los comunistas si Voronin abandona la política e incluso llegar a convertirse en presidente. Voronin no ha ocultado su intención de mantener las riendas del poder desde la Presidencia del Parlamento.

Algunos afirman que Lupu, que está haciendo campaña con el eslogan «Debemos poner fin a la guerra política», podría actuar como mediador capaz de poner fin a la disputa entre izquierda y derecha en el Parlamento e incluso podría llegar a convertirse en presidente.

Anticomunismo

La oposición derechista utiliza como eje de su campaña el hecho inusual de que los comunistas sigan gobernando un país europeo. «Es hora de pasar esta espantosa página de una vez por todas», aseguraron los grupos liberales en un comunicado.

Pero los comunistas mantienen su peso. Igor Boltsan, que dirige la Asociación por la Democracia Participativa, señala que el país estaría dividido entre una juventud urbana hostil al poder y una población de edad fiel al comunismo.

El apoyo al PCM es tanto más visible cuanto más nos alejamos de la capital, Chissinau, y nos internamos en la Moldavia rural. No son pocos los que rememoran con nostalgia los tiempos soviéticos y temen que, en caso de victoria de la derecha, los draconianos recortes sociales les dejen a la intemperie.

Además, los comunistas venden la idea de la estabilidad (están en el poder desde 2001) frente a la imagen desestabilizadora de la oposición. Una oposición abiertamente pro-occidental -que llega a insinuar la integración en Rumanía- frente a los comunistas, que quieren mantener los lazos con Rusia.

SONDEO

Según un sondeo realizado a pie de urna, el Partido Comunista habría obtenido el 41,7% de los votos, lo que equivaldría a 45 de los 101 escaños del Parlamento. La participación fue más alta que en abril.

historia

Moldavia se integró a la URSS en 1940 tras el pacto germano-soviético. Formó parte de la URSS hasta 1991, excepto durante la Segunda Guerra Mundial, en la que Rumanía, aliada a los nazis, la absorvió.

acceso a europa

Pese a que rumanos y moldavos son un solo pueblo con la misma lengua, los moldavos se aferran a su independencia aunque ven a Rumanía como la puerta de acceso a Occidente.

Rumanía apoya a la oposición liberal y ofrece masivamente la ciudadanía a los moldavos

Rumanía cruzaba los dedos por un buen resultado de la oposición liberal. Su presidente, Traian Basescu, se permitió el lujo de apostar por que «logren un mejor resultado». El Gobierno moldavo instó a Bucarest a «cesar en su injerencia».

Chissinau acusó a Bucarest de fomentar las protestas contra los resultados del 5 de abril y expulsó al embajador rumano.

Pero la hostilidad de Rumanía tiene que ver más con el hecho de que los comunistas gobiernan en Moldavia que con cuestiones históricas. No faltan quienes desde Rumanía apuestan por la unificación con los «hermanos» de la otra orilla de Prut aunque la mayoría de los moldavos son celosos de su independencia.

Bucarest cuenta con otro arma. Ha ofrecido la nacionalidad a los que puedan mostrar que sus padres o abuelos eran rumanos hasta 1940, cuando Moldavia pasó a formar parte de la URSS. 800.000 de los 4,3 millones de moldavos ya han pedido la nacionalización. Y los moldavos que viven en Rumanía votaron en masa «para echar a los comunistas». GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo