No resulta fácil llegar hasta este prefecto católico. Pero esta vez no se puede echar la culpa a la rigidez de la jerarquía eclesiástica sino al lugar donde tiene su residencia el prelado. Y es que para llegar hasta él ha sido necesario atravesar un control de la Policía paquistaní y otro de la seguridad local, amén de un barrio donde el negro de los turbantes talibán se impone al rojo de los casquetes baluches.

Victor Ganapragasam llegó a Pakistán desde su Sri Lanka natal hace 36 años. «Entonces ambos países estaban en paz», recuerda este tamil que, por avatares de la vida, es hoy obispo en la «capital talibán».

¿Quién cree que está detrás de los terribles sucesos acaecidos en Gorja el pasado sábado?

En un principio se pensó que podía haber ocurrido de forma espontánea, aunque el Gobierno está ahora barajando la posibilidad de que haya sido una acción previamente planeada por un grupo integrista. En Pakistán, cualquier cosa es posible.

¿Cuántos cristianos hay en Pakistán?

En todo el país creo que los cristianos rondamos el 4% de la población total (175 millones). En la región de Baluchistán somos alrededor de 85.000, de los cuales aproximadamente la mitad vivimos en Quetta, la capital.

Justo en la frontera con Afganistán, Quetta es conocida como la «capital talibán». De hecho, casi nadie duda de que el mulá Omar (líder de los talibán) tiene su residencia en esta misma localidad. ¿No se sienten ustedes especialmente amenazados?

En Quetta no podemos bajar la guardia porque los talibán, entre otras cosas, nos culpan directamente de la invasión de Afganistán, de la de Irak...«Los cristianos están destruyendo nuestros pueblos», acostumbran a gritar delante de nuestras iglesias en ocasiones puntuales. No distinguen entre nacionalidades, sólo entre «musulmanes» e «infieles». Por ahora, no se ha habido ningún ataque, pero seguimos celebrando nuestros ritos bajo fuertes medidas de seguridad.

Al margen de su confesión religiosa, la mayoría de ustedes son de etnia punyabí, la que, según baluches y pastunes, controla el país y discrimina al resto de pueblos. ¿Constituye esto un hándicap añadido?

El problema aquí es entre el Gobierno y los baluches. En contra de lo que pueda parecer a simple vista, creo que los cristianos en Baluchistán tenemos menos problemas que los de otras provincias de Pakistán. Tenemos muy buena relación con pastunes y baluches porque la inmensa mayoría de ellos son musulmanes tolerantes, no integristas. Todos nos respetamos mutuamente, hasta el punto de que muchos de ellos mandan a sus hijos a nuestros colegios. Es más, le diré que incluso algunos mulás talibán lo hacen porque la educación es mejor que en los centros escolares del Gobierno. No obstante, dichos líderes religiosos no sólo no reconocen tal cosa sino que, además, conminan a sus fieles a que matriculen a sus hijos en la escuela pública.

¿Qué tienen sus centros escolares que no tengan los demás?

Los colegios cristianos han mantenido el funcionamiento de las antiguas escuelas de los británicos, por lo que los alumnos consiguen un buen nivel de inglés que les facilita el acceso a trabajos mejores, a estudiar en el extranjero o trabajar fuera, si es el caso. Tenga usted en cuenta que la educación en Pakistán tan sólo ha recibido un 2% del presupuesto anual para este año, lo cual merma considerablemente la oferta educativa de la red pública.

¿Cómo llegó el cristianismo a esta parte del mundo?

El cristianismo llegó de la mano de los europeos en distintas oleadas. Los primeros fueron los jesuitas, que vinieron durante la dominación de los mongoles, aunque la entrada más importante se produjo con los británicos en los siglos XVIII y XIX. Esta gente abrazó la nueva reli- gión para abandonar el sistema de castas que los condenaba a una vida de miseria y sin perspectivas. Adoptando el cristianismo no sólo dejaban de ser «intocables» sino que, además, obtenían cierto estatus social que antes no tenían.

¿Cuál es, en su opinión, la amenaza más inmediata a la que se enfrentan ustedes?

Corren rumores de que Islamabad va a iniciar de forma inminente en esta zona una operación militar como la que está llevando a cabo en la NWFP (Provincia de la Frontera Noroccidental). Si finalmente esto ocurre, ¿a dónde iremos? ¿a Irán? ¿a Afganistán?. Será un desastre para todos, baluches, pastunes, cristianos... Todo el mundo está asustado.