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Emotiva despedida de Martín Astudillo

El último superviviente de la final de Dormundt se va entre lágrimas

El centrocampista argentino, que regresa a su país a jugar en el Rosario Central, ostenta el récord de partidos con el Glorioso: 347.

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Arnaitz GORRITI | GASTEIZ

Se fue Astudillo. Era la del Hotel Lakua una crónica de un adiós anunciado. Se fue el `Pulpo', hecho un mar de lágrimas, incluso más que cuando su «deserción» involuntaria a Osasuna, el último de una noche mágica, del Westfalen Stadium de Dormundt, cuando aquel 16 de mayo de 2001 el Glorioso se hizo con su apodo para siempre a pesar de caer ante el Liverpool. Pierde el Alavés al último héroe de aquel plantel compuesto por Herrera; Contra, Téllez, Karmona, Eggen, Geli; Tomic, Desio, Jordi Cruyff; Javi Moreno y los reservas Iván Alonso, Magno y Pablo, más el propio Astudillo.

Se fue para volver al Rosario Central y quedar grabado en el imaginario de un Alavés que murió en aquella final de la UEFA con las botas puestas.

Entre sollozo y sollozo, Astudillo cerraba ayer un decenio como jugador del Alavés haciendo balance de su etapa albiazul, club que abandona «tranquilo, con la frente alta y pudiendo mirar a toda la gente a la cara», según declaró.

La salida del jugador que más veces ha vestido la camiseta albiazul, 347 partidos, se ha producido en condiciones poco amistosas con el club que, tras el descenso a Segunda B, lo incluyó en un ERE y lo apartó del nuevo proyecto deportivo.

«Algunos pueden considerar que me voy por la puerta de atrás. Me hubiera gustado terminar de otra manera y se han roto lazos con la gente del club, pero son pequeños detalles que los paso por alto», se sinceraba el ex jugador alavesista.

En el momento de su adiós, Astudillo se lleva como mejor bagaje de esta década el «cariño impagable» de todos los aficionados que, con su apoyo, «han suplantado ese afecto que no tenía al estar tan lejos de casa».

Su despedida marca «el final de un ciclo» deportivo y personal en el que «dejo recuerdos» y en el que «he crecido como persona y como jugador, pasando buenos y malos momentos, aunque siempre van a prevalecer los buenos», afirmó.

Una década, una vida

Allá por el año 1999 el `Pulpo', que contaba 21 años, saltaba el «charco» para reforzar la medular del cuadro babazorro. Diez años, y mil y un avatares después, Astudillo, ya con 31 años, se ha comprometido con el equipo argentino de Rosario Central con el que disputará el próximo Torneo Apertura. El `Pulpo' abandona el Glorioso con sus dos hijos nacidos en la capital alavesa.

Después de los 347 partidos jugados, Astudillo confesaba que el mejor recuerdo de esta turbulenta década es «haber disputado la final de la UEFA y poder haber jugado en Europa durante dos temporadas con un equipo como el Alavés».

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