La sequía prolongada que vive Kenia está aumentando la inseguridad alimentaria y afectando a la educación de los niños en el este y el noroeste del país. Además, las muertes del ganado en esta región, predominantemente ganadera, han agravado la situación sanitaria y nutricional. Los casos de niños malnutridos van en aumento y los centros sanitarios no dan a basto para asistir a los pacientes debido a la escasez de agua y comida. La situación ha llevado a muchos niños a abandonar el aprendizaje para unirse a sus padres migrantes.