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Barenboim visita Donostia al frente de la West Eastern Divan Orchestra

Daniel Barenboim llega hoy a la Quincena Musical de Donostia al frente de la West Eastern Divan Orchestra, una orquesta formada por jóvenes procedentes de estados en conflicto como Palestina e Israel, nacida hace diez años de la iniciativa personal del pianista y director argentino y del filósofo palestino Edward Said. Además de obras de Franz Liszt y Richard Wagner, interpretarán la popular «Sinfonía Fantástica», de Hector Berlioz.

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Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

La Quincena Musical suele reservarnos los platos fuertes orquestales para la recta final del festival, pero en la presente edición ha decidido cambiar esa dinámica para poder acoger en su programación a un director de orquesta que cualquier otro festival del mundo similar en tamaño a la Quincena tan solo podría soñar con tener. Pero los asuntos políticos a veces son una bendición. Al fin y al cabo, Daniel Barenboim ha sacado adelante su ambicioso proyecto al frente de la West Eastern Divan Orchestra gracias a la generosa ayuda económica que le brinda la Junta de Andalucía -que acogió la iniciativa tras sus tentativas iniciales en Weimar y Chicago-. Así que, como cada año, son de rigor los dos o tres conciertos por tierras estatales. Así, tras actuar un par de veces en la capital sevillana -una de ellas con el Orfeón Donostiarra en un «Fidelio» de Beethoven- y ayer en Madrid, esta tarde llega hasta el auditorio donostiarra la que es, casi sin lugar a dudas, la orquesta de jóvenes más mediática del mundo, la West Eastern Divan Orchestra, en el marco de una gira que conmemora el décimo aniversario de su creación. El objetivo de este sonado proyecto orquestal surgido de las mentes del pianista argentino-israelí Daniel Barenboim y el desaparecido gigante intelectual palestino Edward Said fue «crear un taller para jóvenes músicos de Israel y otros países de Oriente Medio con el propósito de combinar el estudio y el desarrollo musical con compartir el conocimiento y la comprensión entre culturas que han sido tradicionalmente rivales». En el taller, los jóvenes participantes de la orquesta reciben clases para mejorar su nivel musical mientras conviven con jóvenes de países que se encuentran en una situación de conflicto con el suyo propio. Así pues, el corpus principal de los jóvenes que pueblan las filas de la orquesta cada año proviene de los estados de Israel, Palestina, el Estado español, Euskal Herria y Catalunya. Curiosamente, en la página web oficial sólo se puede consultar los nombres de los estudiantes seleccionados en la península, pues una nota informa de que «el resultado de las pruebas de selección realizadas en Oriente Medio en las ciudades de Amman, Damasco, Beirut, El Cairo, Jerusalén y Tel Aviv no será publicado en la página web por motivos de seguridad».

Daniel Barenboim -quien ha cancelado todas las entrevistas previas con los medios de comunicación vascos sin aportar ninguna explicación sobre su decisión-, se ha granjeado la admiración internacional por esta iniciativa de la West Eastern Divan Orchestra que es, intrínsecamente, buena, y ha visto reconocida sus iniciativas de convivencia con premios como el Príncipe de Asturias a la Concordia.

No obstante, no han faltado también las voces críticas en desacuerdo con el trasfondo intelectual, político o social que movió a Barenboim y a Saïd a emprender este proyecto orquestal, poniendo en entredicho alguno de los postulados extramusicales que ambos han defendido desde entonces. Efectivamente, la idea de arreglar el mundo por medio de la música es tan hermosa como romántica pero, cuando hace un par de años a Barenboim se le metió entre ceja y ceja -y lo declaró al diario alemán «Die Zeit»- el llevar a su orquesta medio israelí a tocar a Wagner en uno de los santuarios de Hitler, la Waldbünhe de Berlín, con la idea de que «Hitler y Wagner se revolverían en su tumba», hubo quien pensó que a Barenboim se le estaba empezando a ir la cabeza.

Independientemente de lo oportuno de algunas de sus ideas concretas, Barenboim está lo suficientemente comprometido con su causa como para ser, en la actualidad, la única persona en el mundo con una doble nacionalidad palestino-israelí y para realizar declaraciones de gran contundencia contra la política represiva de Israel, defendiendo una Palestina totalmente independiente en federación con Israel y con Jordania.

Si como mediador de conflictos internacionales Barenboim puede ser más o menos respetado, de lo que no cabe duda es de su enormidad como músico. Ha sido uno de los más grandes pianistas de la segunda mitad del siglo XX, actualmente es un director de orquesta brillante y su Beethoven, como casi único heredero de la gran tradición interpretativa en torno a este compositor, ha adquirido ya la categoría de legendario. En Donostia no será Beethoven lo que va a dirigir, pero sí el repertorio alemán que tan bien se le daba ya desde joven y del que se ha convertido en maestro absoluto tras su paso por el podio de la Filarmónica de Berlín.

Así, podremos escuchar «Les Préludes» de Liszt, el 'Preludio y Muerte' de «Tristán e Isolda» de Wagner y la «Sinfonía Fantástica» de Hector Berlioz, obra esta última que pudimos escuchar también en la anterior edición de la Quincena Musical de manos de los jóvenes de otra orquesta de estudiantes, la Gustav Mahler Jugendorchester, en una versión dirigida por Sir Colin Davis que se cuenta entre lo mejorcito que se ha podido escuchar en repertorio clásico en Donostia en muchos años. Los que aún la tengan en mente, podrán establecer un duelo de titanes entre aquella y la versión de esta tarde.

OBJETIVO

El objetivo de esta orquesta fue «crear un taller para jóvenes músicos de Israel y otros países de Oriente Medio con el propósito de combinar el estudio y el desarrollo musical».

CRÍTICAS

Durante estos años no han faltado las voces críticas en desacuerdo con el trasfondo intelectual, político o social que movió a Barenboim y a Said a emprender este proyecto orquestal.

SIN NOMBRES

La web oficial de la orquesta informa de que «el resultado de las pruebas de selección realizadas en Oriente Medio en las ciudades de Amman, Damasco, Beirut, El Cairo, Jerusalén y Tel Aviv no será publicado en la página web por motivos de seguridad».

ADEMÁS, PIANISTA

El director ha sido uno de los más grandes pianistas de la segunda mitad del siglo XX, actualmente es un director de orquesta brillante y su Beethoven ha adquirido ya la categoría de legendario.

Ficha

Obra: `Carmina Burana'.

Compañía: La Fura dels Baus

Dirección escénica: Carles Padrissa.

Fecha y lugar: 04/08/2009, Auditorio Kursaal.

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