Nia Vardalos es un actriz sujeta al problema de tener que enfrentarse constantemente al éxito de la película que la dio a conocer, sin que sus intentos posteriores a «Mi gran boda griega» por encajar en otro tipo de comedias hayan dado sus frutos. Por eso quiere repetir lo conseguido entonces con otra historia ligada a su procedencia helénica y, esta vez, en lugar de aparecer como la hija de una familia de emigrantes, retorna al país de sus antepasados para probar suerte con la variante viajera del género. En teoría, había un planteamiento comercial que podía volver a funcionar, pero el público norteamericano no ha respondido como se esperaba, así que a «Mi vida en ruinas» sólo le queda recuperar en la taquilla europea lo invertido, gracias a que ha sido realizada en coproducción con otros países del viejo continente, por aquello de que en el reparto intervienen intérpretes de distintas nacionalidades que personifican a los turistas de comparten experiencias durante su visita a Atenas y otros escenarios de la Grecia monumental.

El papel que hace Nia Vardalos en «Mi vida en ruinas» es el de una profesora de griego en los Estados Unidos, que decide recuperar sus orígenes y hace las maletas. Una vez en Grecia, dada su belleza inconfundiblemente local, encuentra trabajo como guía turística. En su equipo destaca el conductor del autobús, que atrae a las extranjeras por su exotismo y provoca un sinfín de líos amorosos, en base al tópico de que las pasiones más intensas son las veraniegas. Entre el pasaje hay una familia británica, un viudo norteamericano encarnado por el veterano Richard Dreyfuss, así como dos divorciadas españolas de las que se encargan María Botto y María Adánez.